Nacido el 4 de marzo de 1972 en Holanda, Jos Verstappen comenzaría su pasión por el motor con ocho años al inscribirse por primera vez en un campeonato de karting. Su temprana edad de inicio, aunque no tan precoz como la otros pilotos, coincide, casi, con aquella en la que Max compitió por primera vez. El hijo lo hizo con siete años, pero en la temporada en la que cumpliría los ocho. Cierto es que los paralelismos entre padre e hijo van y vienen según en qué momento de la trayectoria de cada uno te fijes, pero lo que queda claro es que Jos aprendió de su bagaje para ‘crear’ un piloto de Fórmula 1 más joven que ninguno de los que haya pilotado antes.
En la escuela de todo piloto, el karting, Jos logró interesantes títulos desde 1984, cuando se coronó como Campeón de Holanda -hito que repetiría dos años más tarde-. Su salto a la competición a nivel europeo hizo verle coronándose como Campeón de la Fórmula K y la Intercontinental A en 1989. Su experiencia continuaría formándose en los pequeños circuitos del pasado para llamar a las puertas de los monoplazas, no sin antes hacerse con el título delCampeonato de Bélgica en 1991, su último éxito sobre un kart. Precisamente, ese año tendría en sus manos la oportunidad de subirse a un monoplaza por primera vez en su carrera deportiva. Contaba con 19 años.
Su padre, Frans -y aquí se entrecruza con los designios que el destino tendría preparados para su hijo Max-, lograba, a través de Huub Rothengatter, ex piloto de Fórmula 1 desde 1984 a 1986, unaprueba para un Jos Verstappen al que el kart comenzaba a quedarle pequeño. Así, el joven holandés se subía a un Fórmula Ford Crossle de seis años de antigüedad en el holandés circuito de Zandvoort. Sus registros dejaron a los presentes boquiabiertos. Incluso llegaron a dudar de la fiabilidad del registrador de tiempos del trazado. Sus manos le daban una nueva oportunidad, esta vez a bordo de un Fórmula Open Lotus. Mismo circuito. Condiciones diversas.
Llovía en noviembre sobre Zandvoort pero Jos Verstappen no estaba dispuesto a dejar que la caprichosa climatología le cortara su ascensión a los monoplazas. El holandés de 19 años volvía a lucirse sobre el trazado local y dejaba anonadado al propietario del monoplaza que, en las manos de Jos, volaba sobre el asfalto mojado, Frits van Amersfoort. El acuerdo era obvio: Jos correría en 1992 con la escudería holandesa en el campeonato del Benelux de la Fórmula Opel Lotus y Rothengatter sería su manager. Como puede resultar obvio, su hijo Max debutaría en 2013 en el FIA F3 con la misma escudería que dio la primera oportunidad en monoplazas a Jos: Van Amersfoort Racing. El destino y sus designios.
El apoyo de Philips y Marlboro también estuvo presente en aquel 92, en el que Verstappen lograba ganar cinco de los seis eventos disputados antes de finales de junio. De este modo, Jos comenzó a participar en la Euroseries en julio. En la categoría europea no lograría el título debido a su comienzo más tardío pero sí conseguía asombrar con dos victorias en las siete carreras que disputó. El campeonato del Benelux estaba más que cerrado: había ganado con un motor menos potente que el del resto de la parrilla. El paso siguiente era la Fórmula 3.
PERSIGUIENDO UN SUEÑO
Durante el invierno de 1992, Verstappen se dedicó a probar con diferentes equipos en la Fórmula 3, hasta que se decidió por WTS Racing, la mejor escudería del campeonato alemán. El estilo agresivo y veloz del holandés cuajó en la Fórmula 3 Alemana. El único podio en las cuatro primeras carreras fue la recompensa a la adaptación pero en las siguientes dieciséis, gano ocho de ellas y llegó segundo en otras cinco. El título era suyo a pesar de las dos últimas mangas del año. A mediados de 1993, Jos Verstappen se coronaba como ‘maestro’ tras apuntarse el Masters de Zandvoort, vencido de manera dominante desde la pole, con el Dallara 393 del equipo germano.
Por segundo año consecutivo, además, era nombrado como ‘Piloto holandés del año’ por la federación de su país. Lo tenía todo y Ken Tyrrell ya había puesto su mirada en él. Le prometió un test a bordo de un Fórmula 1 aquel año si ganaba el título de la categoría alemanapero fue la escudería Footwoork la primera en darle dicha oportunidad. En septiembre, sobre el portugués trazado de Estoril, Verstappen volvió a impresionar con su rápida adaptación y su velocidad inmediata. Dos meses más tarde, McLaren también se apuntaba el tanto al darle una nueva oportunidad, en la que volvió a cumplir. La oferta era óptima para comenzar su andadura: piloto reserva a tiempo completo para la mítica escudería británica.
INESPERADA OPORTUNIDAD PREMATURA
Pero cuando Jos contaba con apenas 22 años, el invierno alteró lo previsto inicialmente. En enero de 1994, Benetton-Ford anunciaba al joven holandés como su piloto de pruebas para aquella temporada de Fórmula 1. Tras dos años en monoplazas, Verstappen daba el gran salto. Sin embargo, los acontecimientos se precipitaron. Una semana más tarde, el segundo piloto de la escudería, JJ Lehto, sufría un fuerte accidente en un test y se fracturaba dos vértebras de su cuello. Los médicos aseguraron que podría estar listo para comenzar la temporada en Brasil pero la rehabilitación no le devolvió el nivel físico necesario. Tras 52 carreras en monoplazas, Jos Verstappen se subía como titular en el Gran Premio de Brasil a un Fórmula 1. Era el comienzo de su anhelado sueño.
Verstappen en su temporada de debut con Benetton
Verstappen clasificaba noveno en su primer fin de semana de Fórmula 1, a casi dos segundos de su compañero de equipo, un tal Michael Schumacher. No obstante no terminaría ninguna de las dos carreras disputadas antes de que Lehto recuperase su estado de forma previo a su accidente. Aún así, el holandés había impresionado a todos, llegando a rodar quinto en Interlagos antes de verse involucrado en un accidente múltiple provocado por Eddie Irvine. En Aida, en cambio, el error fue suyo. Jos apretaba en exceso tras volver a pista con neumáticos fríos de su segundo pit stop mientras rodaba quinto y se salía en la vuelta 54. Tras cuatro carreras viendo cómo Lehto volvía de manera errática al asiento de Benetton, la escudería volvía a apostar por el holandés en el GP de Francia.
En Silverstone, Jos Verstappen vería su primera bandera a cuadros en el ‘Gran Circo’ tras arrancar décimo y llegar a meta en la octava posición. Su etiqueta de gran arrancador comenzó a labrarse en aquellos meses. El holandés traccionaba como nadie y sabía hacerse hueco entre los monoplazas que le precedían durante los primeros metros. En Bélgica y Hungría conseguiría sus dos primeros podios pero el monoplaza de Benetton, diseñado totalmente para Schumacher, le hacía sufrir más de la cuenta y el equipo decidió reemplazarlo por Johnny Herbert para las dos últimas citas del calendario. El británico no acabaría ninguna pero tras diez carreras en su bolsillo, Verstappen parecía no estar aún preparado para un equipo del calibre de Benetton en aquellos años.
Al año siguiente, en 1995, Jos Verstappen seguirá como piloto de pruebas de Benetton y Flavio Briatore le cederá a Simtek-Ford para que siga ganando experiencia de manera competitiva con motivo de la venta de las cajas de cambios que Benetton hizo a dicha escudería durante la temporada anterior. El proyecto es complicado y el monoplaza se queda escaso de potencia con el V8 de Ford-Cosworth. Tras cinco carreras, en las que Verstappen destacó muy por encima de su compañero de equipo, Mimmo Schiattarella, el equipo entra en bancarrota y el proyecto se acaba. Jos sigue como piloto de pruebas de Benetton y los rumores le sitúan de nuevo en un asiento de titular por el pobre rendimiento de Herbert en comparación con el de Schumacher.
Footwoork le vuelve a dar la oportunidad de subirse a un Fórmula 1 ese invierno del 95 y las altas esferas del equipo quieren a Jos a toda costa para 1996. El contrato con Benetton ha llegado a su fin y el acuerdo con Jackie Oliver es total. Verstappen se codea con el Top 10 durante muchas de las sesiones de Libres pero diferentes problemas mecánicos hacen que sólo acabe cuatro de las dieciséis carreras disputadas en esa temporada. No obstante, logra el único punto que la escudería consigue aquel año en el evento en Buenos Aires. Una sexta plaza que no satisface a un ambicioso holandés que comienza a tener sobre sí una reputación de piloto excesivamente agresivo e involucrado en numerosos accidentes.
El equipo, liderado ahora por Tom Walkinshaw, quiere mantenerle en sus filas pero las negociaciones fracasan, dado que -según parece- Rothengatter pide un salario más alto para su representado del que el equipo está dispuesto a darle. Verstappen acaba firmando, de este modo, por Tyrrell -aquel que le prometió su primer test en Fórmula 1 años atrás. Aunque el holandés logra acabar ocho carreras aquella temporada de 1997, el propulsor del equipo no parece ofrecer el rendimiento necesario. No obstante, Jos tendrá oportunidad de ofrecer varias demostraciones de su talento. Valgan como ejemplo los siguientes casos: en Melbourne, arrancaba 21º, y en la primera vuelta conseguía adelantar siete posiciones antes de quedarse fuera tras ser demasiado optimista al pasar a Katayama; partía 16º en Buenos Aires, su circuito favorito, y en la vuelta nueve ya rodaba séptimo antes de sufrir un fallo del propulsor; en Mónaco, salía último tras un accidente en la clasificación del sábado, trompeaba en las primeras vueltas sobre un asfalto mojado pero, a pesar de todo, lograba entrar octavo en meta con Salo sumando los primeros y únicos puntos para el equipo en quinto lugar.
Verstappen con Tyrrell en 1997
En 1998, tras la venta de Tyrrell a Craig Pollock y la decisión de este de no alinear al holandés en pos de un piloto de pago, Verstappen consigue llegar a un acuerdo para hacer test con Benetton. En Francia, no obstante, Stewart-Ford llega a un acuerdo con él tras echar a Jan Magnussen de sus filas. Verstappen no logra rendir al nivel de su compañero de equipo, Rubens Barrichello tras entrar en mitad de la temporada. El monoplaza no era competitivo, ni fiable pero Jos tira de habilidad en situaciones complicadas, como en Austria, donde clasifica 12º -la mejor de todo el año- en condiciones de mojado. Todos sus abandonos aquel año fueron por motivos de fiabilidad por lo que la leyenda negra de su agresividad incontrolada va desapareciendo.
EN EL SITIO EQUIVOCADO, EN EL MOMENTO EQUIVOCADO
El piloto holandés, sin lugar a dudas, no tuvo la fortuna que otros pilotos han tenido y tienen a lo largo de los años de estar en un equipo competitivo en el momento de esplendor del mismo. Su temprana llegada a Benetton con apenas 22 años supuso una exigencia máximadentro de un equipo que ganaría el título de pilotos y lucharía hasta el final por el de Constructores.Desde ese momento, Jos nunca más estuvo en una escudería que le diera opciones de luchar por podios y resultados de gran calado.
En 1999 entra a formar parte de Honda como probador con un contrato de tres años. Pero los planes del equipo cambian con la intervención del brazo norteamericano de la compañía: será BAR el equipo que monte sus motores y no un equipo propio como los nipones esperaban. No obstante, Jos prueba para Jordan en los últimos meses de la temporada por si Damon Hill decidiera retirarse antes de fin de año. Así, Verstappen recala en 2000, de nuevo, en Arrows -los ex Footwoork-, esta vez con De la Rosa como compañero. Tras someterse a un intenso programa de entrenamiento físico, dada su temporada casi en blanco en 1999, el holandés logra aparecer en el Top 10 en numerosas ocasiones. Su quinto puesto en Canadá y el cuarto en Monza son los mejores resultados del año. Logra concluir 12º la temporada, logrando su mejor resultado desde que en 1994, cuando debutó con Benetton, cerrara el Top 10 de los mejores pilotos de aquel año. En 2001, la experiencia con los monoplazas naranjas se repite, cambiando el propulsor Supertec por Asiatech.
Verstappen en su última temporada en F1, con Minardi
El A22, no obstante, resulta menos brillante que su predecesor y eso afecta en los resultados de sus pilotos. Jos Verstappen, aún así, logra algunas buenas actuaciones, volviendo a sacar a relucir su especial habilidad en situaciones complicadas. En Sepang, logra entrar en séptima posición en una carrera condicionada por la intensa lluvia. En Austria, los primeros y únicos puntos del año llegan pero eso no le vale para seguir en el equipo; Frentzen lo sustituye y Verstappen está a punto de firmar con Sauber. Pero la escudería suiza renuncia al acuerdo tras comprobar que el holandés es demasiado grande para su cockpit. 2003 será su último año, esta vez con Minardi. La falta de liquidez de los italianos hace que el monoplaza esté muy lejos de ser tildado como ‘competitivo’.
Verstappen, desesperado por el rendimiento del PS03, logra acariciar los puntos en Canadá gracias a su novena posición y al nuevo sistema de puntuación que hace sumar hasta el octavo clasificado. La dura experiencia comienza a alejarle de la Fórmula 1, a pesar de que en 2004 será mencionado como posible sustituto de Pantano en Jordan. No obstante, el holandés seguirá compitiendo en otras categorías de automovilismo hasta 2012. Ahora, le ha llegado el turno de compartir la experiencia que su hijo tendrá en Fórmula 1 desde los próximos meses.
Queda claro que la llegada de Max Verstappen a la Fórmula 1 se va a producir de manera algo distinta a la de su padre pero sí es cierto que existen diferentes puntos que interconectan ambas trayectorias. Van Amersfoort es uno de ellos y en el equipo holandés, Max ha aprendido lo que son los monoplazas en este 2013 y ha logrado cosechar grandes éxitos en el FIA F3. De hecho, sus actuaciones sobre mojado y remontando desde atrás han sido claves a la hora de llamar la atención de las diversas escuderías de F1 que se interesaron por él en las últimas semanas. Debutará en Australia en marzo de 2015 con menos carreras en monoplazas de lo que su padre lo hizo en Brasil en 1994, pero también se coronó en el Masters de Zandvoort de Fórmula 3 hace unos meses, siguiendo los pasos de su progenitor.
Lo que se puede esperar del joven vástago de Verstappen roza el linde entre el éxito máximo y la normalidad cotidiana. Pero, siguiendo las apreciaciones de aquellos que lo han visto correr en sus últimos años de karting, lo especial del jovencísimo holandés de 16 años es notorio. Sus manos hablan por sí solas en la pista y su capacidad de adelantar, calcular y ejecutar parece ser su principal baza. La madurez podría considerarse insuficiente por parte de muchos pero Jos sabe el trabajo que ha hecho y los que han trabajado con Max no esperan sino el éxito temprano con Toro Rosso.
Max Verstappen en la primera ronda del FIA F3 en Silverstone
via http://www.caranddriverthef1.com
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