Por Carlos Saavedra
Los accidentes de Ardusso y Grobocopatel el fin de semana pasado en TC Pista reavivaron la polémica sobre la seguridad en la carreras
La luz de alarma se ha vuelto a encender, el sudor frío y el crudo recuerdo de aquel domingo oscuro y trágico en noviembre del año pasado en Balcarce, cuando en la carrera de Turismo Carretera se apagó la vida de Guido Falaschi, recorrieron la mente de vaya a saber cuantos de los miles que rodearon al Autódromo de Posadas para ver al TC, donde resurgió Norberto Fontana como ganador.
En TC Pista, los toques entre Facundo Ardusso y Camilo Echevarría y casi al toque, el de Gustavo Crucianelli y Daniel Grobocopatel, sobrino de los reyes de la soja, reavivaron el debate sobre la seguridad en las carreras que, caso Falaschi mediante, pasó a situarse en el centro de la escena.
En el primero Ardusso delante de Echevarría dio la impresión de cerrarse demasiado; el toque en la punta trasera de su Ford lo llevò a descontrolarse, salir de pista y pegar contra el talud de tierra que separa la pista del sector donde habita el público. El otro palo fue tan o más espectacular e igual de afortunado. Crucianelli también tocó de atrás al Dodge de Grobocopatel que enfiló disparado, incontrolable hasta rebotar en el talud y comenzar una cabriola feroz, interminable y alucinante. Por fortuna, casi ni magullones sufrieron Grobo y Ardusso.
¿Ha cambiado algo en los circuitos en materia de seguridad luego de la muerte de Falaschi?. Habrá que recordar el coro de sirenas que proclamaron a los pocos días del accidente de Guido, que lo ocurrido iba a dar pie a cambios apuntando en optimizar la seguridad en un deporte que de por sí, es el más riesgoso. Sin embargo, poco y nada ha cambiado la historia. La vorágine, los términos del negocio, las urgencias, la falta de decisión política de los dirigentes y la indiferencia de los pilotos, han hecho que poco y nada haya variado. Ah!, eso sí, la CAF de la ACTC ha suspendido en forma provisoria a Ardusso, Echevarría y Crucianelli…
Estuvo claro Emiliano Spataro, uno de los contados corredores que alcanzan a decir algo de lo que piensan. Aunque luego intentó relativizar sus dardos certeros, tiró hace poco que no se ha hecho nada en materia de seguridad en los autódromos. No le falta razón.
En Posadas, donde si bien se vieron mejoras en vías de escape por ejemplo, esos taludes de tierra desnudos de protección contra los que se estrellaron los autos de Ardusso y Grobocopatel, ratificaron que nada o casi nada ha variado. Suena hasta grotesco escuchar hablar acerca de la existencia de encargados de revisar la seguridad en las pistas del país, ya sea por el ACA como la ACTC. Revisores que son sólo apéndices del poder del ACA o la ACTC, sin autonomía para decidir y sometidos a los que llevan el timón y que de hecho, no se percataron de la existencia de esos taludes sin tratamiento alguno. Eso sí, en estos días Vialidad de la provincia de Misiones, parece que ha metido mano en el sector de los accidentes, para hacer modificaciones y mejoras. Esta vez las medidas correctivas en Posadas no han sido tarde, enhorabuena.
Congela la sangre pensar que la muerte de Guido Falaschi, como otras en el automovilismo nacional, haya sido en vano…
En TC Pista, los toques entre Facundo Ardusso y Camilo Echevarría y casi al toque, el de Gustavo Crucianelli y Daniel Grobocopatel, sobrino de los reyes de la soja, reavivaron el debate sobre la seguridad en las carreras que, caso Falaschi mediante, pasó a situarse en el centro de la escena.
En el primero Ardusso delante de Echevarría dio la impresión de cerrarse demasiado; el toque en la punta trasera de su Ford lo llevò a descontrolarse, salir de pista y pegar contra el talud de tierra que separa la pista del sector donde habita el público. El otro palo fue tan o más espectacular e igual de afortunado. Crucianelli también tocó de atrás al Dodge de Grobocopatel que enfiló disparado, incontrolable hasta rebotar en el talud y comenzar una cabriola feroz, interminable y alucinante. Por fortuna, casi ni magullones sufrieron Grobo y Ardusso.
¿Ha cambiado algo en los circuitos en materia de seguridad luego de la muerte de Falaschi?. Habrá que recordar el coro de sirenas que proclamaron a los pocos días del accidente de Guido, que lo ocurrido iba a dar pie a cambios apuntando en optimizar la seguridad en un deporte que de por sí, es el más riesgoso. Sin embargo, poco y nada ha cambiado la historia. La vorágine, los términos del negocio, las urgencias, la falta de decisión política de los dirigentes y la indiferencia de los pilotos, han hecho que poco y nada haya variado. Ah!, eso sí, la CAF de la ACTC ha suspendido en forma provisoria a Ardusso, Echevarría y Crucianelli…
Estuvo claro Emiliano Spataro, uno de los contados corredores que alcanzan a decir algo de lo que piensan. Aunque luego intentó relativizar sus dardos certeros, tiró hace poco que no se ha hecho nada en materia de seguridad en los autódromos. No le falta razón.
En Posadas, donde si bien se vieron mejoras en vías de escape por ejemplo, esos taludes de tierra desnudos de protección contra los que se estrellaron los autos de Ardusso y Grobocopatel, ratificaron que nada o casi nada ha variado. Suena hasta grotesco escuchar hablar acerca de la existencia de encargados de revisar la seguridad en las pistas del país, ya sea por el ACA como la ACTC. Revisores que son sólo apéndices del poder del ACA o la ACTC, sin autonomía para decidir y sometidos a los que llevan el timón y que de hecho, no se percataron de la existencia de esos taludes sin tratamiento alguno. Eso sí, en estos días Vialidad de la provincia de Misiones, parece que ha metido mano en el sector de los accidentes, para hacer modificaciones y mejoras. Esta vez las medidas correctivas en Posadas no han sido tarde, enhorabuena.
Congela la sangre pensar que la muerte de Guido Falaschi, como otras en el automovilismo nacional, haya sido en vano…
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