Han pasado seis carreras del Turismo Carretera versión 2012 y también seis ganadores distintos, como para “empardar” a la F-1. La categoría más popular comienza a desandar el 24 de este mes en la tierra colorada, Posadas, Misiones, la restante sección que incluirá la Copa de Oro en las últimas 5 paradas, donde los 12 mejor clasificados de la fase regular de 11 fechas, se disputarán el título de campeón.
La categoría más popular del universo fierrero argentino mantiene en alto sus atributos que la convirtieron desde hace mucho (este año cumple en agosto, 75 años), en la de mayor repercusión y llegada. Sin embargo este año se le entremezclan asuntos institucionales, de política interna y una variable de especulaciones y versiones que han enrarecido el ambiente.
Piloto con mano férrea, con sangre teceísta pura en sus venas, Oscar Aventin maneja la ACTC, una asociación histórica por la que pasaron de los más ilustres nombres del automovilismo, convertida en una empresa que administra un negocio-espectáculo millonario. Sobre el presente y futuro de Aventin, hay dimes y diretes para todos los gustos en los pasillos de los boxes, casi. El Puma rugió y se despistó feo cuando apenas habían transcurridos un par de días de la luctuosa muerte de Guido Falaschi, en noviembre pasado en Balcarce. Sin evaluar los coletazos que originó en tantas direcciones, la muerte de Guido, entendió que con su impronta y levantando la voz como tantas veces, la conmoción, las consecuencias y el alboroto iba a ceder hasta diluirse.
No ha sido así, ese tan irreparable suceso ha marcado a fuego al TC y se ha convertido en una variable latente, así como pueden ser los reglamentos y, más recientemente, el destino del dinero recibido a partir de la irrupción del Automovilismo para Todos, la incorporación de los nuevos autos construídos por la ACTC y los motores que alistará Oreste Berta con las tapas de cilindros 24 cilindros. Aventin pretendió en otro paso en falso, dar por terminado a principios de año el caso Falaschi, vaya a saber porqué en Río Cuarto lo reflotó al decir cuando habló de los toques que se dan los pilotos a los que les apuntó, “parece que ya se olvidaron de Guido, yo no”.
A diferencia de lo que ha sabido ocurrir, el TC ha desplazado como temas de cabecera a las discusiones reglamentarias, si bien muy tenuemente podrían estar reflotándose con las quejas por el menor rendimiento de los Ford ante los Chevrolet, y en especial los frente a los Dodge y Torino dotados con motores Cherokee. Hoy en el TC se especula y se habla más del eventual retiro de Aventin como presidente, su reeemplazo por el vice Hugo Mazzacane o, arriesgan los más osados, por el hijo del Puma, Diego. También se intuye el futuro del TC de la mano del Automovilismo para Todos que incluye el formato; se suma el diseño de los autos que hará para la ACTC el constructor de moda, Ricardo Gliemmo y los impulsores –los kits los proveería el Mago Berta- para que sean comercializados por la ACTC.
Una agenda bien recargada es la que ocupa al Turismo Carretera modelo 2012. Vaya…
La categoría más popular del universo fierrero argentino mantiene en alto sus atributos que la convirtieron desde hace mucho (este año cumple en agosto, 75 años), en la de mayor repercusión y llegada. Sin embargo este año se le entremezclan asuntos institucionales, de política interna y una variable de especulaciones y versiones que han enrarecido el ambiente.
Piloto con mano férrea, con sangre teceísta pura en sus venas, Oscar Aventin maneja la ACTC, una asociación histórica por la que pasaron de los más ilustres nombres del automovilismo, convertida en una empresa que administra un negocio-espectáculo millonario. Sobre el presente y futuro de Aventin, hay dimes y diretes para todos los gustos en los pasillos de los boxes, casi. El Puma rugió y se despistó feo cuando apenas habían transcurridos un par de días de la luctuosa muerte de Guido Falaschi, en noviembre pasado en Balcarce. Sin evaluar los coletazos que originó en tantas direcciones, la muerte de Guido, entendió que con su impronta y levantando la voz como tantas veces, la conmoción, las consecuencias y el alboroto iba a ceder hasta diluirse.
No ha sido así, ese tan irreparable suceso ha marcado a fuego al TC y se ha convertido en una variable latente, así como pueden ser los reglamentos y, más recientemente, el destino del dinero recibido a partir de la irrupción del Automovilismo para Todos, la incorporación de los nuevos autos construídos por la ACTC y los motores que alistará Oreste Berta con las tapas de cilindros 24 cilindros. Aventin pretendió en otro paso en falso, dar por terminado a principios de año el caso Falaschi, vaya a saber porqué en Río Cuarto lo reflotó al decir cuando habló de los toques que se dan los pilotos a los que les apuntó, “parece que ya se olvidaron de Guido, yo no”.
A diferencia de lo que ha sabido ocurrir, el TC ha desplazado como temas de cabecera a las discusiones reglamentarias, si bien muy tenuemente podrían estar reflotándose con las quejas por el menor rendimiento de los Ford ante los Chevrolet, y en especial los frente a los Dodge y Torino dotados con motores Cherokee. Hoy en el TC se especula y se habla más del eventual retiro de Aventin como presidente, su reeemplazo por el vice Hugo Mazzacane o, arriesgan los más osados, por el hijo del Puma, Diego. También se intuye el futuro del TC de la mano del Automovilismo para Todos que incluye el formato; se suma el diseño de los autos que hará para la ACTC el constructor de moda, Ricardo Gliemmo y los impulsores –los kits los proveería el Mago Berta- para que sean comercializados por la ACTC.
Una agenda bien recargada es la que ocupa al Turismo Carretera modelo 2012. Vaya…
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