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martes, 17 de julio de 2012

Marlboro podría llevar a Rossi a Yamaha


  • MARCA adelanta los movimientos para el intento del fichaje del año

  • Yamaha, sin patrocinador, le recibiría con los brazos abiertos

  • Lorenzo no tiene una cláusula antiRossi



Valentino Rossi es un Rey Midas aunque ya no posea un reino en el motociclismo. Su reputación pervivirá incluso cuando él haya desaparecido del paddock. Y su carisma, mal que les pese a muchos otros pilotos, sigue siendo el motor que anima a una mayoría de los aficionados en todo el mundo. Sólo hace falta ver la dedicación que le dispensa un recién llegado al Mundial como Audi, nuevo propietario de Ducati, que se reclina ante su figura y le pretende dar todo aquello que pida. No es el caramelo dulce que hace años todo el mundo quería probar pero aún conserva ciertos encantos y es apetecible por cualquier patrocinador.
Cierto es que Honda o Yamaha no están interesados en su contratación. Pero este fin de semana en Mugello irrumpieron nuevos rumores y evidencias de que algo muy gordo se está gestando en torno a su persona . No parece tan claro que pueda quedarse en Ducati. Su falta de confianza en que la revolución de Audi pueda transformar el decorado lo tienen intranquilo. Y él mueve otros hilos. Por si acaso.
Phillip Morris empuja fuerte para ver a su ojito derecho en una moto de nuevo ganadora
“Me entusiasma el proyecto de Audi, pero no tengo la confianza de que esto pueda cambiar a corto plazo. Con Ducati lo hemos intentado todo durante un año y medio y no ha sido posible”, confesó el otro día. Su escepticismo contrasta con la ambición de la marca de los aros, tan poderosa dentro de la automoción que ahora quiere reflotar Borgo Panigale tras su apropiación por 900 millones de euros y pretende aprender en la fabricación de motores de moto, pequeños, como vía de introducción en sus vehículos híbridos.
Las dudas de Valentino
Pero Rossi no las tiene todas consigo. Y juega a varias bandas. Una segunda corriente es la que comenzó a marear en Mugello. Phillip Morris, la tabaquera propietaria de Marlboro, siempre enamorada de Rossi,empuja fuerte para encontrar una nueva vía de explotación comercial, mediática y siempre planificada de forma paralela a los intereses de Rossi.
Marlboro, en este sentido, puede ser el nexo de unión donde antes sólo había ruptura. Y el vehículo perfecto para que Vale pueda regresar a una fábrica como Yamaha. De hecho, la empresa suiza intenta llevar a Rossi a Yamaha y patrocinar a un equipo que ya tuvo durante años los colores rojo y blanco, bien con Rainey, con Checa o con Biaggi.
Yamaha es un recipiente ideal para la tabaquera. Primero porque llevar al piloto italiano de nuevo a Yamaha sería una maniobra perfecta para el protagonista, montado sobre una M1 muy competitiva con vistas, además, a una jubilación histórica muy jugosa para los japoneses. Después, porque la fábrica de Iwata no posee un patrocinador que dé color a sus motos, por lo que no existe ninguna competencia. Y, por último porque si Lorenzo lograra el campeonato, el segundo en MotoGP, tendría además al número 1 y el morbo de verlo de nuevo enfrentándose con las mismas armas a Valentino.
De producirse el fichaje, Ducati se podría plantear abandonar MotoGP
Rossi es un mar de dudas y entre esas dos aguas se debate en los últimos días. Y aunque para Yamaha no es una prioridad no habría problema en repescarlo, más trayendo debajo del brazo un potencial económico sin parangón en el paddock –nadie pone tanto dinero como Phillip Morris en el Mundial-. Lin Jarvis, el director deportivo, le tiende la mano, dejando atrás malos entendidos cuando Rossi salió de Yamaha. Y, según confirmó en Onda Cero el éx mánager de Lorenzo, Marcos Hirsch, en el nuevo contrato de Jorge no quedó establecida ninguna cláusula anti Rossi.
¿Y si Ducati se quedara sin patrocinador? Audi quedaría desconcertada nada más aterrizar en el campeonato, pero quizás replantearía su proyecto en MotoGP. Quién sabe hasta si los alemanes, si no pudiesen contar con Valentino, plegaría las velas y se marcharían del Mundial. O, la otra vía podría pasar por contratar a dos nuevos pilotos jóvenes y empezar de nuevo. Pero la solución de la ecuación es un enigma. Hasta que Rossi no la despeje.

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