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martes, 4 de junio de 2013

A 11 meses del accidente María de Villota enseña por primera vez el casco que le salvo la vida

“En el día a día hay que tener especial cuidado al volante”


Justo cuando hoy se cumplen 11 meses del accidente, la piloto de Formula 1 María de Villota ha enseñado un secreto que muy pocos habían visto hasta ahora. Ante un grupo de menores infractores de la Comunidad de Madrid, la deportista les ha mostrado el casco de fibra carbono que llevaba durante el siniestro. Una visible raja en el lateral derecho era la parte evidente de las graves lesiones que sufrió De Villota y que le provocaron la pérdida de un ojo.
El accidente de María de Villota se produjo el 3 de julio en Duxford (Inglaterra) mientras hacía una prueba de aerodinámica. Chocó contrala parte trasera de un camión a baja velocidad, pero le causaron graves lesiones craneales y la pérdida del ojo derecho. La piloto, que lleva 15 años en la Fórmula 1, estuvo cuatro días en estado de coma.
De Villota ha llegado a media mañana al centro de menores de El Pinar, en la parte norte de la capital, donde ha participado junto con un voluntario de Asociación para el Estudio de Lesión Medular (Aesleme), Gustavo Lamela, en una charla sobre las consecuencias de los accidentes de tráfico. El curso lo integran diez jóvenes (nueve varones y una mujer) que han visto en vivo y en directo como quedó el casco de la piloto. "Hasta ahora solo lo habían visto mi familia y mis amigos, pero creo que es importante que otras personas puedan ver cómo quedó", ha destacado la piloto. El casco es de fibra de carbono y cuesta unos 3.000 euros. "Si en la Fórmula 1 tenemos estos medios y a mí me paso, imaginaos lo que habría pasado si no hubiera llevado nada", ha añadido.
De Villota ha recordado a los jóvenes que ha dedicado toda su vida a los coches de Fórmula 1. Se entrenaba todos los días tres horas en el gimnasio para ganar fuerza física, estudio INEF para saber cómo prepararse y hasta se preparó en telemetría para saber cómo funciona un monoplaza. "En la Fórmula 1 se cuida todo al detalle. Eso hace que se pueda controlar tanto cuando todo sale bien. Es por eso por lo que había luchado desde pequeña", ha añadido la piloto.
Después se ha centrado en los jóvenes y las graves consecuencias que puede tener la conducción para ellos y para otros conductores. “En el día a día hay que tener especial cuidado al volante. Si hay un factor de mala suerte, que no lo hayáis provocado vosotros”, les ha comentado, tras proyectar un vídeo sobre la Fórmula 1 y fotografías de las consecuencias del accidente. "Todo esto tiene que encajar en vuestras vidas. Luchad por lo que queréis hacer pero hacerlo con control, con vuestra gente y con vuestra familia hasta que consigáis vuestra bandera a cuadros", les ha aconsejado.
María de Villota con el casco fracturado. /F. J. B.
Los jóvenes la han preguntado por el accidente y por el casco. De Villota ha recordado los cuatro segundos anteriores a quedar inconsciente y que iba a baja velocidad cuando impactó con la parte trasera del camión. También ha comentado que echa de menos "el rugir del motor de Renault 29" que pilotaba. "El destino ha querido algo quizás más importante para mí y es que dé esta charla a estos jóvenes. Creo que tengo mucha suerte y que tengo mucho que aportar", ha concluido. Durante toda la charla, ha transmitido mucha vitalidad y optimismo a los presentes.
Los jóvenes han confesado que la experiencia les ha parecido muy interesante, sobre todo, porque algunos de ellos sí han reconocido que han hecho bastantes locuras al volante. "Con estas charlas tomas conciencia de lo que pasa en la carretera. A veces he ido deprisa sin tener en cuenta las circunstancias y tras haber bebido alcohol", ha reconocido un interno. "Lo importante es poner los pies en la tierra y no hacer el loco", ha añadido otro.
En la charla también ha participado Gustavo Lamela, de 46 años, que sufrió un accidente de tráfico cuando tenía 21 años. Es tetrapléjico y va en silla de ruedas. Ha explicado las consecuencias que tiene un siniestro vial en caso de romperse la médula espinal. "Es una lesión irreversible para toda la vida y que no se escoge. La persona que lo sufre necesita ayuda todos los días de su vida y a partir de ahí no podrá hacer determinada labores", ha añadido.
El consejero de Presidencia y Justicia, Salvador Victoria, ha recordado a los menores que son afortunados porque tienen una segunda oportunidad. "En materia de seguridad vial no se tiene esa segunda oportunidad. El año pasado murieron en las carreteras españolas más de 1.300 personas y otras 6.000 sufrieron lesiones graves. En esto, el realmente valiente es el que es más responsable", ha concluido Victoria.

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