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jueves, 30 de mayo de 2013

El fabricante alemán, Porsche, profundiza cada vez más en el mercado de vehículos todoterreno y sedanes, y apresura por recordarle a una nueva generación de conductores qué es lo que le dio a la marca su reputación original: la velocidad.


¿Porsche fabrica deportivos o de sedanes?
La marca alemana se ha decepcionado algunos puritas y conquistado a un mercado distinto con Cayenne y Panamera


En los últimos años, la  marca ha decepcionado a los puristas, primero con el lanzamiento del todoterreno Cayenne, y después con el sedán Panamera. Si bien la expansión en los egmentos ha impulsado la facturación de la automotriz en casi 50 por ciento en los últimos cuatro años, los modelos Cayenne y Panamera representaron el año pasado alrededor de 75 por ciento de las ventas de 143 mil unidades.



En 2014, Porsche dará otro  paso que la alejará de sus raíces deportivas con un nuevo todoterreno compacto. El presidente ejecutivo, Matthias Müller, sostiene que podría sumar 75 mil vehículos a sus ventas anuales, eclipsando aún más los legendarios 911, Boxster y su hermano de techo duro,  Cayman. La compañía también contempla desarrollar una versión más pequeña del Panamera.


"Si se sigue entregando a los autos deportivos, se arriesgan a matar la gallina de los huevos de oro", afirma Mark Ritson, un profesor asociado de marketing de la escuela de negocios de la Universidad de Melbourne, que ha realizado consultorías para marcas de lujo. además de un feliz propietario de un Cayenne. Ritson se cuenta entre los miles de conductores no deportivos que Porsche ha atraído con su expansión de modelos. "Pero el todoterreno está tan lejos de un Carrera 911, que es difícil de creer. Es un vehículo grande para desplazar a gente" agregó.


Porsche está recurriendo a medidas poco habituales para una automotriz conocida por sus esfuerzos minimalistas de marketing para mantener viva esa imagen que la conecta a la adrenalina. El año que viene, regresará a la carrera 24 Horas de Le Mans, y está construyendo centros de experiencia en Shanghai, Atlanta y Los Ángeles,  que buscan cultivar a aficionados a los autos deportivos con pistas de pruebas. También aumentó la cantidad de eventos promocionales de Porsche.


Estoy convencido de que debemos hacer algo para mantener alta la imagen de nuestra marca, y esta clase de medidas están ayudando, afirmó Müller en una entrevista reciente en la sede de la empresa en Stuttgart. Müller ha sido quien ha implementado muchas de las medidas desde que asumió la presidencia ejecutiva a fines de 2010.


Los esfuerzos de Porsche ilustran el difícil acto de equilibrio que afrontan las automotrices de nicho a la hora de sacar provecho de sus marcas para alimentar el crecimiento y financiar tecnologías cada vez más costosas sin diluirlas en el proceso. Incluso cuando busca alcanzar una meta  de 200 mil ventas anuales para 2018, cada Porsche que sale de las líneas de ensamblaje de la compañía en Alemania es fabricado a la medida de los deseos de cada comprador, hasta las costuras de sus interiores de cuero.


La cuantiosa prima que sus  clientes están dispuestos a pagar por ese prestigio se ha traducido en una de las mayores rentabilidades del sector. En 2012, las ganancias operativas de Porsche escalaron 19 por ciento a 2 mil 440 millones de euros, un retorno de 17.6 por ciento sobre sus 13 mil 900 millones en ingresos. En cambio, el margen operativo del negocio automotor de Mercedes-Benz, propiedad de Daimler AG, el año pasado fue de 7,1 por ciento, y de 5.2 por ciento en General Motors Co.

 

El rápido ascenso de Porsche  en China ha hecho de sus esfuerzos un desafío aún mayor. En una década, China se ha convertido en el segundo mayor mercado de la automotriz alemana detrás de Estados Unidos, gracias al éxito del Cayenne. Sin embargo, apenas 7 por ciento  de sus ventas allí corresponden a autos deportivos.


Muchos chinos acaudalados  prefieren tener un chofer y desplazarse sentados en un cómodo asiento trasero. Aunque más chinos, especialmente los ricos jóvenes, están tomando el volante, la cultura de autos deportivos del país aún está en su etapa inicial, estancada en parte por las a menudo deficientes carreteras y el congestionado tránsito urbano.



 En última instancia, Müller  afirma que espera que un tercio de las ventas anuales de Porsche en China sean autos deportivos, pero que no sucederá de la noche a la mañana.

   
   
   
   
   


 

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