Por Víctor Hugo Fux (Redacción LA OPINION). - La historia vuelve a repetirse. Como ha ocurrido tantas veces en los últimos años, un piloto argentino que compite en el plano internacional, tras haber completado una temporada excepcional en su debut absoluto en el automovilismo estadounidense, ve seriamente comprometido su futuro deportivo.
Esteban Guerrieri, luego de realizar una exitosa campaña en el Viejo Mundo y de instalarse por mérito propio en los umbrales de la Fórmula 1, no pudo hacer realidad su sueño de competir en la máxima. Por razones presupuestarias, el joven de Mataderos, tuvo que buscar otra alternativa. La encontró el año pasado en los Estados Unidos, subiéndose a un monoposto de Indy Light. En un ambiente totalmente desconocido para él y con varios óvalos por transitar a lo largo del calendario, se adaptó de una manera sorprendente.
Tres victorias y media docena de poles le otorgaron la chance de luchar hasta el final por el campeonato, que en definitiva fue para su compañero de equipo Josef Newgarden, con el que le regalaron un inobjetable doblete al Sam Schmidt Motorsport.
Las actuaciones de Guerrieri no pasaron desapercibidas para los propietarios y directivos de la categoría superior, la IndyCar, con la que compartió sus programaciones la división telonera.
Jimmy Vasser, el último piloto estadounidense en obtener un campeonato en la desaparecida Champ Car World Series en la temporada 1996 con un auto del poderoso equipo de Chip Ganassi y uno de los propietarios del KV Racing Technology en la IndyCar, fue uno de los que puso sus ojos en Guerrieri.
A partir del interés de Vasser por tener al argentino en su escuadra durante el certamen 2012, se involucró decididamente en las negociaciones John Della Penna, un argentino que reside en el país del Norte desde hace varios años y que llegó a tener su propio equipo en la categoría CART y como piloto al arrecifeño Norberto Fontana.
Della Penna, con quien tuve oportunidad de dialogar en extenso durante la pasada edición de las 500 Millas de Indianápolis, elogió en aquella oportunidad a Guerrieri tras el segundo puesto que había logrado en el mítico óvalo estadounidense, que recibió el viernes a la Indy Light.
Luego de los contactos preliminares, Della Penna y Guerrieri visitaron la sede del KV Racing Technology, en Indianápolis, manteniendo un primer encuentro formal con Vasser. En esa ocasión, Esteban se probó la butaca y la pedalera, en una clara muestra de la voluntad de ambas partes por llegar a un acuerdo que le permita al argentino competir este año en la IndyCar.
Hasta aquí, simplemente efectuamos un repaso de una historia que se encargaron de reflejar los medios de comunicación. Sin embargo, no han sido muchos los que pudieron dialogar en los últimos días con el piloto "más buscado".
LA OPINION pudo acceder a esa posibilidad. La relación con Guerrieri se fortaleció a partir del encuentro que tuvimos, como integrantes de un numeroso grupo de turistas, durante el pasado mes de mayo en Indianápolis. La comunicación, luego de un primer intento en el que Esteban nos solicitó una tregua de quince minutos por estar participando de una importante reunión, finalmente pudo concretarse tras el segundo llamado.
¿Hubo algún avance en las negociaciones?
En este momento estoy en Argentina manteniendo una serie de reuniones con el propósito de lograr el presupuesto necesario para correr esta temporada en la categoría IndyCar. Hoy, lamentablemente, no tengo nada en concreto, pero el tema está bastante complicado porque se están agotando los tiempos.
¿Se estableció una fecha para definir la situación?
Sí, en principio se estableció para el 31 de enero, fundamentalmente por una exigencia de Chevrolet, que es la proveedora de los motores que utilizará el equipo. A esta hora no puedo aportarte ningún tipo de novedades, ni buenas, ni malas, porque sinceramente no existen.
¿Cómo evaluás las gestiones que viene realizando John Della Penna?
Realmente, John está haciendo un trabajo bárbaro; está todo muy bien ordenado y la relación con el KV Racing Technology es muy buena. La voluntad está, pero necesitamos reunir el presupuesto, que es de unos cinco millones de dólares para toda la temporada. Ese tema es el que nos preocupa, en especial por lo que te comentaba del tiempo, que nos apremia. Seguimos confiando en poder conseguir el dinero, si aparece correré en la IndyCar. Yo sigo pensando en positivo, como lo hice en circunstancias similares a estas, porque desde lo económico siempre me costó alcanzar los objetivos.
Sería importante que puedas estar otro año en Estados Unidos para aprovechar la experiencia acumulada en 2011.
Sin duda, porque en la Indy Light las cosas me salieron muy bien, gané tres carreras, hice varias poles y fui subcampeón. Creo que el balance fue positivo en todo sentido. Esta opción que se me presenta, de subirme a un auto de la categoría mayor, no es frecuente para alguien que tiene apenas una temporada en aquel país. Quisiera poder aprovechar esta oportunidad, no sólo en el aspecto personal, sino porque también le podría abrir nuevas puertas a otros pilotos argentinos en Estados Unidos.
¿Creés que podrás adaptarte sin dificultades a conducir un auto de mayor potencia?
Creo que sí; el año pasado me sentí cómodo desde el primer contacto que tuve con los óvalos, me adapté a un automovilismo diferente al europeo y logré buenos resultados. Entiendo que en la IndyCar, a partir de la incorporación de los nuevos autos, no debería tener problemas. Será un desafío muy lindo para los equipos y también para los pilotos, que estarán obligados a trabajar muchísimo en el desarrollo de los Dallara que estrenará la categoría en 2012.
¿Qué impresión te causó el auto?
Solamente me probé la butaca y la pedalera, pero no tuve la oportunidad de girar. Los primeros ensayos se estarán realizando a principios de febrero. Ojalá para esa fecha pueda resolver el tema del presupuesto para subirme a uno de los autos del equipo RV Racing Technology, que ya confirmó al brasileño Tony Kanaan y al venezolano Ernesto Viso. Ese es mi mayor deseo.
Espero que volvamos a encontrarnos en Indianápolis.
Ojalá, qué bueno sería. La verdad, cuando recuerdo los momentos que compartí con toda la gente de Rafaela y de la zona en el box, se me llenan los ojos de brillo, como seguramente les pasará a ustedes. Fue algo maravilloso y una vivencia única, que no voy a olvidar nunca. Espero que el destino nos otorgue la posibilidad de repetir la experiencia en mayo.
Esteban Guerrieri, luego de realizar una exitosa campaña en el Viejo Mundo y de instalarse por mérito propio en los umbrales de la Fórmula 1, no pudo hacer realidad su sueño de competir en la máxima. Por razones presupuestarias, el joven de Mataderos, tuvo que buscar otra alternativa. La encontró el año pasado en los Estados Unidos, subiéndose a un monoposto de Indy Light. En un ambiente totalmente desconocido para él y con varios óvalos por transitar a lo largo del calendario, se adaptó de una manera sorprendente.
Tres victorias y media docena de poles le otorgaron la chance de luchar hasta el final por el campeonato, que en definitiva fue para su compañero de equipo Josef Newgarden, con el que le regalaron un inobjetable doblete al Sam Schmidt Motorsport.
Las actuaciones de Guerrieri no pasaron desapercibidas para los propietarios y directivos de la categoría superior, la IndyCar, con la que compartió sus programaciones la división telonera.
Jimmy Vasser, el último piloto estadounidense en obtener un campeonato en la desaparecida Champ Car World Series en la temporada 1996 con un auto del poderoso equipo de Chip Ganassi y uno de los propietarios del KV Racing Technology en la IndyCar, fue uno de los que puso sus ojos en Guerrieri.
A partir del interés de Vasser por tener al argentino en su escuadra durante el certamen 2012, se involucró decididamente en las negociaciones John Della Penna, un argentino que reside en el país del Norte desde hace varios años y que llegó a tener su propio equipo en la categoría CART y como piloto al arrecifeño Norberto Fontana.
Della Penna, con quien tuve oportunidad de dialogar en extenso durante la pasada edición de las 500 Millas de Indianápolis, elogió en aquella oportunidad a Guerrieri tras el segundo puesto que había logrado en el mítico óvalo estadounidense, que recibió el viernes a la Indy Light.
Luego de los contactos preliminares, Della Penna y Guerrieri visitaron la sede del KV Racing Technology, en Indianápolis, manteniendo un primer encuentro formal con Vasser. En esa ocasión, Esteban se probó la butaca y la pedalera, en una clara muestra de la voluntad de ambas partes por llegar a un acuerdo que le permita al argentino competir este año en la IndyCar.
Hasta aquí, simplemente efectuamos un repaso de una historia que se encargaron de reflejar los medios de comunicación. Sin embargo, no han sido muchos los que pudieron dialogar en los últimos días con el piloto "más buscado".
LA OPINION pudo acceder a esa posibilidad. La relación con Guerrieri se fortaleció a partir del encuentro que tuvimos, como integrantes de un numeroso grupo de turistas, durante el pasado mes de mayo en Indianápolis. La comunicación, luego de un primer intento en el que Esteban nos solicitó una tregua de quince minutos por estar participando de una importante reunión, finalmente pudo concretarse tras el segundo llamado.
¿Hubo algún avance en las negociaciones?
En este momento estoy en Argentina manteniendo una serie de reuniones con el propósito de lograr el presupuesto necesario para correr esta temporada en la categoría IndyCar. Hoy, lamentablemente, no tengo nada en concreto, pero el tema está bastante complicado porque se están agotando los tiempos.
¿Se estableció una fecha para definir la situación?
Sí, en principio se estableció para el 31 de enero, fundamentalmente por una exigencia de Chevrolet, que es la proveedora de los motores que utilizará el equipo. A esta hora no puedo aportarte ningún tipo de novedades, ni buenas, ni malas, porque sinceramente no existen.
¿Cómo evaluás las gestiones que viene realizando John Della Penna?
Realmente, John está haciendo un trabajo bárbaro; está todo muy bien ordenado y la relación con el KV Racing Technology es muy buena. La voluntad está, pero necesitamos reunir el presupuesto, que es de unos cinco millones de dólares para toda la temporada. Ese tema es el que nos preocupa, en especial por lo que te comentaba del tiempo, que nos apremia. Seguimos confiando en poder conseguir el dinero, si aparece correré en la IndyCar. Yo sigo pensando en positivo, como lo hice en circunstancias similares a estas, porque desde lo económico siempre me costó alcanzar los objetivos.
Sería importante que puedas estar otro año en Estados Unidos para aprovechar la experiencia acumulada en 2011.
Sin duda, porque en la Indy Light las cosas me salieron muy bien, gané tres carreras, hice varias poles y fui subcampeón. Creo que el balance fue positivo en todo sentido. Esta opción que se me presenta, de subirme a un auto de la categoría mayor, no es frecuente para alguien que tiene apenas una temporada en aquel país. Quisiera poder aprovechar esta oportunidad, no sólo en el aspecto personal, sino porque también le podría abrir nuevas puertas a otros pilotos argentinos en Estados Unidos.
¿Creés que podrás adaptarte sin dificultades a conducir un auto de mayor potencia?
Creo que sí; el año pasado me sentí cómodo desde el primer contacto que tuve con los óvalos, me adapté a un automovilismo diferente al europeo y logré buenos resultados. Entiendo que en la IndyCar, a partir de la incorporación de los nuevos autos, no debería tener problemas. Será un desafío muy lindo para los equipos y también para los pilotos, que estarán obligados a trabajar muchísimo en el desarrollo de los Dallara que estrenará la categoría en 2012.
¿Qué impresión te causó el auto?
Solamente me probé la butaca y la pedalera, pero no tuve la oportunidad de girar. Los primeros ensayos se estarán realizando a principios de febrero. Ojalá para esa fecha pueda resolver el tema del presupuesto para subirme a uno de los autos del equipo RV Racing Technology, que ya confirmó al brasileño Tony Kanaan y al venezolano Ernesto Viso. Ese es mi mayor deseo.
Espero que volvamos a encontrarnos en Indianápolis.
Ojalá, qué bueno sería. La verdad, cuando recuerdo los momentos que compartí con toda la gente de Rafaela y de la zona en el box, se me llenan los ojos de brillo, como seguramente les pasará a ustedes. Fue algo maravilloso y una vivencia única, que no voy a olvidar nunca. Espero que el destino nos otorgue la posibilidad de repetir la experiencia en mayo.
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