El Marussia de Timo Glock en Mónaco.
En el pasado GP de Europa, el piloto de Marussia Timo Glock se vio indispuesto y no pudo participar en la prueba. Mucha gente giró la cabeza hacia la española María de Villota y se encontraron con una piloto de pruebas con diferentes motivos que le impedían subirse al monoplaza de su propia escudería. En primer lugar, porque María es piloto de pruebas. En segundo, porque no tiene Superlicencia... ¿ Y qué requisitos que ha de cumplir un piloto de Fórmula 1 para recibir su particular 'permiso de conducir' un coche de esas características?
Normalmente, cuando un piloto empieza desde la cuna del automovilismo (karting) y va ascendiendo por las diferentes categorías, recibe cada año -y previo pago-, la licencia correspondiente para participar en ellas, emitida por la Federación correspondiente. En España contamos con una muy consolidada Federación, la RFEdA (Real Federación Española de Automovilismo) cuya comisión decide si el piloto es apto o no para recibir la licencia según sus logros deportivos conseguidos hasta la fecha. De esta forma se ‘aseguran’ de que el piloto cumple los requisitos mínimos de palmarés, experiencia y calidad como para poder participar en la categoría sin convertirse ‘un obstáculo’ para el resto de participantes.
Pero cuando hablamos de la Fórmula 1, existen varias posibilidades de conseguirla. Bajo mi punto de vista, debería haber una sola regla que dictamine si el piloto ha conseguido por méritos propios que le den la Superliciencia gracias a sus logros deportivos y no por cuestiones ‘políticas’. Sin embargo, hablamos de un mundo diferente al resto.
Razones para emitir una Superlicencia
La primera opción y más común es que te la den si realmente la mereces, es decir, si has ganado o terminado en el top three de una categoría FIAantesala de la F1 - GP2 o F2, por ejemplo-. La segunda es que hayas rodado más de 330 kilómetros certificados en un Fórmula 1 durante un test ‘oficioso’. La tercera es que tu Federación pida a la FIA expresa y encarecidamente que te la den porque, a pesar de no haber logrado ningún gran resultado en categorías ‘antesala’, consideran que te la mereces. En ese casó, el comité valorará tu trayectoria deportiva y decidirá si eres apto o no. Y, como el carnet de conducir, no es gratis. Se paga cada año en función de los puntos conseguidos el año anterior.
Durante el Gran Premio de Valencia, varias personas y periodistas me preguntaron por qué De Villota no se había subido al coche en sustitución deGlock. Me lo preguntaron a mí, imagino, que debido a mi papel con el equipo Virgin Racing (ahora llamado Marussia), en el año 2010. Mi caso era diferente: entonces había firmado un contrato como tercer piloto y era el piloto reserva oficial. Ojalá hubiese estado yo este año en la posición de María, y no en 2010, dónde ni Glock ni Di Grassi cogieron tan siquiera una simple gastroenteritis.
Un piloto de pruebas no es un piloto reserva
Como piloto reserva piensas siempre en que en algún momento te puede tocar el turno a ti, por lo que debes estar 100% preparado. No os negaré que se me pasó por la cabeza echarle un poco de lactante en el café a uno de los pilotos oficiales durante mi periplo en Virgin, pero soy demasiado "correcto" como para hacerles esa trastada que, pensándolo bien, me hubiese abierto las puertas a participar en un Gran Premio. Conozco a muchos que harían cosas mucho peores…
La explicación es bien sencilla, como adelanté al principio del artículo, María es piloto probador y no reserva y además no tiene la Superlicencia, a pesar de su test con Lotus, por lo que era un disparate considerar esa opción aún corriendo en casa y ante su público.
A mí me dieron la Superlicencia por haberme proclamado campeón de la F2 en 2009 pero, lamentablemente, y aunque dispuse de ella durante dos temporadas, no me sirvió de mucho ya que nunca pude disputar un Gran Premio. Además del test que hice con el ya extinto equipo Toyota F1, realicé otro con Williams, por lo que paradójicamente también cumplo el requisito número dos: haber hecho más de 330 kilómetros a bordo de un Fórmula 1.
La vida es así, hay que estar en el lugar adecuado en el momento adecuado y esa coincidencia se da en contadas ocasiones. Si en vez de firmar con Virgin en 2010, lo hubiese hecho con Marussia en 2012, con certeza podría presumir de haber corrido al menos un Gran Premio de F1 en mi vida. Y, encima, en España. A pesar de que el coche es uno de los mas humildes de la tabla, los equipos grandes saben y valoran cuando un piloto hace bien su trabajo, principalmente comparándole con su compañero de equipo y analizando su capacidad a una vuelta (clasificación), su ritmo y consistencia en carrera, su inteligencia, astucia…
Así que ya saben, para ser piloto de Fórmula 1, el 'carnet de conducir' no te toca precisamente en ninguna tómbola.
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