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jueves, 15 de noviembre de 2012

F1 El sueño americano de Alonso



AUSTIN.- En los próximos 10 días Fernando Alonso se juega sus últimas opciones de ganar el Mundial de Fórmula 1. En su tercer año en Ferrari, el español resiste con vida a dos carreras para el final, que ya es mucho si se analiza la diferencia de rendimiento de su coche con el de su rival. Los 10 puntos parecen un mundo, con el Red Bull asustando, pero el asturiano maneja una corazonada.
Se agarra a los pellizcos que da su oficio cuando más apretadas se ponen las cosas. Su objetivo: recortar algo la distancia aquí en Austin y jugársela a una carta en Interlagos, la semana que viene. Quiere una final cara a cara con Sebastian Vettel, al que cree le puede temblar el pulso en ese superdomingoal que aspira en Sao Paulo.
Antes hay mucho que escalar en Texas, en esta pista de estreno que ha conseguido atraer de nuevo a la F1 a Estados Unidos, tras cinco años sin carreras. Aquel Indianápolis escandaloso de 2005 (con tan sólo un puñado de monoplazas en liza, los que calzaban ruedas Bridgestone, con Schumacher a la cabeza) cortó las finas raíces de este show con Norteamérica. Costó empeño de Bernie Ecclestone y de las marcas del negocio regresar con la función. No se podía permitir el Mundial no hacer parada en este millonario mercado.
Ayer Alonso fue el primer piloto en recorrer una pista de estreno, con una rampa de inicio (primera curva a izquierdas) que recuerda a Eau Rouge, pero a la texana. El ferrarista analizó el trazado mientras camiones de alquitrán afinaban las entradas al circuito y decenas de trailers de comida traían mercancía para un fin de semana de fiesta.
Se esperan vender 125.000 litros de cerveza y más de 5.000 kilos de patatas fritas. Porque aquí el deporte se afronta así, como evento familiar, casi romería de fin de semana, por encima de los nervios de la competición. Muchos de los 150.000 visitantes que se espera acudan a Austin no sabrán la batalla abierta que mantienen Vettel y Alonso, pero buscarán música alta, buenas fotos y jarana. La encontrarán seguro.
En la pista, el tono del español será de duelo decisivo, sin piedad, porque no hay tiempo, porque se le escapan sus opciones y tiene prisa por ganar un título que merece de verdad tras resistir durante todo el año con un monoplaza muy mejorable.
Quizá Ferrari encuentre la bala de plata ansiada en este circuito y el coche despierte definitivamente. Leve esperanza ésta, tras ver los fiascos mecánicos de las últimas carreras. El plan será, nos tememos, el mismo. Padecimiento el sábado en la clasificación y golpes de riñón el domingo para mantener el tipo ante Vettel, que puede ser campeón a poco que le cuadren las cuentas (ganar la carrera y que Alonso quede por debajo de la cuarta plaza). Tiene el alemán el primer matchball, veremos si lo aprovecha o la presión le atenaza. Su tercer título le metería de lleno en la zona más exclusiva de la historia de la F1.

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