A finales de los 80, una marca dominaba el entonces París-Dakar: Peugeot. Ganó cuatro ediciones seguidas: 1987 a 1990 con dos modelos que se popularizaron mucho gracias al raid, el 205 y el 405. Los ex campeones del Mundial de rallies, Ari Vatanen, en tres ocasiones, y Juha Kankkunen, en una, triunfaron en un equipo dirigido por Jean Todt, actual presidente de la FIA. En 2015, 25 años después la marca del león volverá a la legendaria prueba.
Como no podía ser menos, Peugeot quiere que el regreso sea a lo grande, es decir, para marcar una nueva época. Por ello está dispuesta a tirar la casa por la ventana para formar un dream team de pilotos. Su intención es juntar nada menos que a Sébastien Loeb, Carlos Sainz y Stephane Peterhansel. Y va muy bien encaminado para lograrlo.
Tras el anuncio de Loeb de dejar el Mundial de rallies a finales de 2012 ya se empezó a rumorear su paso al Dakar. Es un sueño de la infancia y está dispuesto a realizarlo tarde o temprano. Se ha enrolado con Citroën en el Mundial de Turismos para 2014, pero eso no le impide, una vez concluya, disputar el raid.
El francés se está adaptando a los circuitos, pero eso no le excluye de la tierra. En 2013 ha competido más fines de semana que nunca. Le atraen los nuevos retos. Tiene ciertas reticencias porque quiere un proyecto fiable, por lo que no quiere dar un sí rotundo hasta mediados de año. La presencia de Sainz, con quien coincidió en Citroën y con quien mantiene una relación cordial, ayuda.
Sainz, incompatible con VW
El patrocinio correrá a cargo de Red Bull. La firma de bebidas quiere más relevancia en la prueba. Monster, con Mini, le ha comido terreno. El Dakar es una cita básica para ellos y Red Bull lo es para atraer a Loeb y Sainz, dos pilotos muy ligados a los austriacos desde hace muchos años. Peterhansel no tendría problema en dejar su patrocinio actual con Monster al desligarse de X-Raids Mini.
El patrocinio correrá a cargo de Red Bull. La firma de bebidas quiere más relevancia en la prueba. Monster, con Mini, le ha comido terreno. El Dakar es una cita básica para ellos y Red Bull lo es para atraer a Loeb y Sainz, dos pilotos muy ligados a los austriacos desde hace muchos años. Peterhansel no tendría problema en dejar su patrocinio actual con Monster al desligarse de X-Raids Mini.
Carlos Sainz es una pieza básica, clave para el desarrollo del coche como ya hiciera con el Volkswagen Touareg. Ya ha hablado con los galos y está dispuesto a ir. Aún no puede darlo por hecho. "Yo quiero estar concentrado en esta edición y, como hago siempre, cuando acabe, valoraré qué hago. Lo que es casi seguro es que Peugeot entrará en el 2015. Siempre es bueno que entren marcas en el Dakar", dijo en Onda Cero. La única pega es que sería incompatible con su labor como consejero y probador de Volkswagen en el Mundial de rallies.
'Peter' negocia salir de Mini
X-Raids, el equipo de Mini en el Dakar, prorrogó unilateralmente el contrato con Peterhansel por dos años. Sus abogados ya están negociando con Sven Qandt, el responsable de la escuadra, para rescindirlo al considerar que no hubo negociación. Está dispuesto a pagar una penalización por ello.
X-Raids, el equipo de Mini en el Dakar, prorrogó unilateralmente el contrato con Peterhansel por dos años. Sus abogados ya están negociando con Sven Qandt, el responsable de la escuadra, para rescindirlo al considerar que no hubo negociación. Está dispuesto a pagar una penalización por ello.
La salida de Peterhansel, cuando acabe el Dakar 2014, implicará que Nani Roma y Nasser al Attiyah renovarán con Mini. Serán su gran estandarte.
Peugeot hasta tiene un plan B por si falla uno de los tres cracks: tiene apalabrado a Gerlain Chicherit. No tiene su palmarés, pero sí mucha popularidad en Francia. Ya ayudó a desarrollar el Mini.
Test en julio
El coche no será un derivado de uno de sus modelos sino un buggy. Por eso ya han contactado con varios fabricantes de componentes de buggys. Otro problema es el motor. Tendrá que ser uno nuevo, no sirve uno que ya se encuentre en algún modelo actual de la marca gala.
El coche no será un derivado de uno de sus modelos sino un buggy. Por eso ya han contactado con varios fabricantes de componentes de buggys. Otro problema es el motor. Tendrá que ser uno nuevo, no sirve uno que ya se encuentre en algún modelo actual de la marca gala.
Aunque en Francia una revista ya ha publicado una simulación, el buggy aún es un boceto y falta mucho para verlo rodar. Los cálculos sitúan en julio el primer test serio.
Quien está muy atenta a todo es la organización del Dakar. Saben que, mediáticamente, la presencia, sobre todo de Loeb, sería un espaldarazo para la prueba. Incluso confían en que la entrada de Peugeot anime a otra marcas a sumarse al raid.
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