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viernes, 18 de mayo de 2012

Diego Zorrero BIENVENIDOS A LAS 24HS. DE NÜRBURGRING


Una fuga de combustible del ala izquierda del Jumbo de Lufthansa que nos trasladaba desde Ezeiza a Frankfurt, fue un inesperado balde de agua helada a tanta ansiedad y alegría que el grupo mostraba el lunes a las 16hs. cuando el viaje hacia Nürburgring comenzaba por fin.

Todo empezó como un chiste de Juan Manuel Silva a Rubén Salerno, cuando el chaqueño se acercó a la fila de uno de sus coequiper en el Aston Martin número 64 y vio por la ventanilla del 747, que había un charco debajo del ala. Ambos se pusieron un poco más serios cuándo apareció un camión de bomberos, y enseguida empezó el comentario sobre el avión.

La broma dejó de ser tal, cuando primero en alemán, después en inglés y por último en español, el comandante de la aeronave nos comentó que debido a un problema técnico, debíamos descender y esperar noticias en el aeropuerto. Al bajar, vimos con sorpresa que la pérdida era mayor aún a lo esperado y que no era un solo camión de bomberos, sino cuatro, los que estaban rodeándonos.

La espera fue larga, desde las 17:30 que bajamos del avión hasta las 23hs. que volvimos a subir. Los nervios de José Manuel Balbiani, responsable logístico del grupo además de piloto del Aston Martin, se debían a la casi segura imposibilidad que tendría Juan Manuel Silva de participar del curso teórico obligatorio para debutantes, que era éste martes a la mañana. Efectivamente, a pesar de poder despegar 6 horas más tarde, el chaqueño no llegó a tiempo a Nürburgring y perdió esa instancia del evento. Balbiani había avisado del retraso y eso valió para que el Pato pueda tomas parte del práctico del miércoles a la mañana con sólo una charla con los Directores de la carrera como paso preliminar.

Ya en Frankfurt, los trámites de alquiler de los autos del grupo no demoraron mucho, y en una hora estábamos en camino a Nürburgring. Adelante se fueron Silva, Balbiani y el fotógrafo Guillermo Cejas, en una rural Volvo negra. Detrás de ellos Alejandro Leguizamón (que hará el curso preparatorio para ganar experiencia aunque no corre ésta carrera), y el colega Ezequiel Frechero, en otra rural Ford Focus, también negra. Ambos salieron rápido. El auto de los periodistas, que trasportaba a Leo Regueira y Alejandro Sartrés de Carburando, Diego Daorden de Olé y quién escribe, en una rural Peugeot 308 SW gris, quedamos en un semáforo, que acá en Alemania son muy largos, con Rubén Salerno y un grupo de amigos en una Range Rover negra, parado detrás nuestro. Entonces, viendo que Balbiani se había ido y no teníamos cómo seguirlo, decidimos seguirlo a Salerno, que nos aseguró que sabía el camino… el camino largo, porque tardamos casi dos horas y media y entramos en un pueblo muy lindo, pero que nos demoró más de una hora.
 
El viaje parecía interminable, pero repentinamente aparecieron los carteles que decían Nürburging, y con ellos la lluvia. No importaba, sólo unos kilómetros más adelante, apareció a nuestra derecha el monte Eifel con el castillo del Nürburg en la cima. Ya estábamos llegando. Pasamos por Adenau, cruzamos por debajo de la pista y nos encaminamos hacia los boxes.

El clima que se respira aquí es increíble. Sobre la ruta de acceso a los boxes, va del lado izquierdo la larga recta de más de tres kilómetros que cierra la vuelta al circuito viejo, denominado Nordschleife, y sobre la derecha, hay grandes edificios de equipos de competición y empresas relacionadas con las carreras. Desde equipos de DTM y GT, hasta un edificio de Bridgestone Racing. Y al llegar a la entrada a la pista, la gran sorpresa y emoción para los argentinos. El monumento a Juan Manuel Fangio, escultura del “chueco” parado al lado de su histórica Maserati de 1957. Después, antes de cruzar al lado interno, están los boxes viejos de Nürburgring, que están todos situados perimetralmente a un playón cuadrado, y son garajes cerrados que dan todos al centro de ese espacio. En la puerta de cada uno de esos garajes, el nombre de algunos famosos que los ocuparon en algún momento de la historia de ésta pista. Leer Juan Manuel Fangio o Carlos A. Reutemann, es caro a los sentimientos de los argentinos, pero la historia se repetirá con cada persona que visite éste mágico circuito, porque hay carteles que dicen Jackie Stewart, Jochen Rindt, Niki Lauda, y tantos más…

Esto es Nürburgring, será una semana inolvidable…

Diego Zorrero
Especial desde Nürburgring

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