Dario Franchitti se quedó con la victoria de las 500 millas de Indianápolis en una carrera que se definió en la última vuelta.
Dario Franchitti se adueñó de la 96° edición de las 500 Millas de Indianápolis y consiguió por tercera vez el triunfo en la carrera más importante del año de la categoría IndyCar.
El neozelandés Scott Dixon fue segundo para completar el doblete del equipo de Chip Ganassi, mientras que el brasileño Tonny Kanaan fue tercero.
La carrera se decidió en la última vuelta, en la que el japonés Takuma Sato trató de superar a Franchitti, pero terminó golpeándose contra el muro.
El monoplaza de Sato estuvo a punto de chocar contra el de Franchitti, que lo esquivó de forma brillante y bajo la bandera amarilla de precaución se convirtió en el décimo piloto en ganar al menos tres ediciones de la Indy 500.
Tony Kanaan, que tuvo la iniciativa en el último reinicio con seis vueltas para el final, quedó tercero en una jornada histórica por haberse batido la temperatura que se registró en el circuito más grande del mundo, el Indianapolis Motor Speedway, que registró 95 grados Fahrenheit (35 grados centígrados), nueva marca que supera los 92 (33) que se dieron en 1937.
En el círculo de ganadores, Franchitti, que salió en el puesto decimosexto, se puso un par de gafas de sol blancas para honrar la memoria del piloto inglés Dan Wheldon, que ganó las 500 de hace un año, pero falleció en un accidente en Las Vegas en la última carrera de la temporada 2011. La multitud de más de 250.000 espectadores también se puso gafas de color blanco en la vuelta 98, que coincida con el número de coche ganador de Wheldon.
"Quiero agradecer a todos los aficionados para participar en el homenaje que hoy rendimos a Dan", declaró Franchitti, que fue uno de los mejores amigos de Wheldon. "Ha sido una carrera muy especial para mí en todos los aspectos", dijo.
Este fue el segundo año consecutivo en el que un accidente en la última vuelta influyó en el resultado. En 2011, el novato JR Hildebrand también sufrió un accidente al entrar en la última curva cuando su coche se estrelló contra el muro, lo que permitió a Wheldon cruzar la línea de meta como ganador con bandera de precaución. "Estaba al lado de Takuma (Sato)", explicó Franchitti. "Me golpeó y encontré la manera de evitar el choque y haber quedado fuera de la carrera", dijo el escocés.
Junto al japonés Sato, el estadounidense Marco Andretti fue el que dominó al comienzo de la prueba, pero una vez más tuvo problemas a la hora de control su coche que lo relegó al vigésimo cuarto puesto. El nieto de Mario -ganador en 1969- e hijo de Michael Andretti, luchaba para regresar a los primeros lugares cuando se estrelló a 13 vueltas para el final.
El accidente generó una lucha cerrada en las seis últimas vueltas para llevarse la victoria, y otra angustia para una de las familias más famosas de Indy, que sigue sin tener suerte. Kanaan estaba delante cuando ondeó la bandera verde, pero los dos coches de Ganassi, pilotados por Franchetti y Dixon, volaron por el liderato que consiguieron en parte por el factor suerte que estuvo de su lado y en contra de Sato.
En total, hubo un récord de 35 cambios de líder, seis más que en la edición de 1960, cuando hubo hasta 29 relevos en cabeza. El español Oriol Serviá fue sin discusión la gran revelación de la prueba después de concluir en cuarto lugar tras haberla comenzado en el puesto número 27. Es el mejor resultado de un español en la historia de esta legendaria carrera.
Mientras que la participación latinoamericana también estuvo presente con el protagonismo de los pilotos brasileños como los más destacados. Junto a Kanaan, sus compatriotas Helio Castroneves, que al igual que Franchitti tiene tres triunfos en la prueba, quedó décimo; Rubens Barriichello lo siguió en el undécimo, y la debutante Ana Beatriz, ocupó el vigésimo tercer lugar.
El venezolano Ernesto José Viso ocupó el decimoctavo puesto al estar toda la prueba de los 200 vueltas en la lucha, y otro debutante latinoamericano, el colombiano Sebastián Saavedra, de 21 años, con el equipo Conquest Racing acabó la carrera en el vigésimo sexto puesto.
El neozelandés Scott Dixon fue segundo para completar el doblete del equipo de Chip Ganassi, mientras que el brasileño Tonny Kanaan fue tercero.
La carrera se decidió en la última vuelta, en la que el japonés Takuma Sato trató de superar a Franchitti, pero terminó golpeándose contra el muro.
El monoplaza de Sato estuvo a punto de chocar contra el de Franchitti, que lo esquivó de forma brillante y bajo la bandera amarilla de precaución se convirtió en el décimo piloto en ganar al menos tres ediciones de la Indy 500.
Tony Kanaan, que tuvo la iniciativa en el último reinicio con seis vueltas para el final, quedó tercero en una jornada histórica por haberse batido la temperatura que se registró en el circuito más grande del mundo, el Indianapolis Motor Speedway, que registró 95 grados Fahrenheit (35 grados centígrados), nueva marca que supera los 92 (33) que se dieron en 1937.
En el círculo de ganadores, Franchitti, que salió en el puesto decimosexto, se puso un par de gafas de sol blancas para honrar la memoria del piloto inglés Dan Wheldon, que ganó las 500 de hace un año, pero falleció en un accidente en Las Vegas en la última carrera de la temporada 2011. La multitud de más de 250.000 espectadores también se puso gafas de color blanco en la vuelta 98, que coincida con el número de coche ganador de Wheldon.
"Quiero agradecer a todos los aficionados para participar en el homenaje que hoy rendimos a Dan", declaró Franchitti, que fue uno de los mejores amigos de Wheldon. "Ha sido una carrera muy especial para mí en todos los aspectos", dijo.
Este fue el segundo año consecutivo en el que un accidente en la última vuelta influyó en el resultado. En 2011, el novato JR Hildebrand también sufrió un accidente al entrar en la última curva cuando su coche se estrelló contra el muro, lo que permitió a Wheldon cruzar la línea de meta como ganador con bandera de precaución. "Estaba al lado de Takuma (Sato)", explicó Franchitti. "Me golpeó y encontré la manera de evitar el choque y haber quedado fuera de la carrera", dijo el escocés.
Junto al japonés Sato, el estadounidense Marco Andretti fue el que dominó al comienzo de la prueba, pero una vez más tuvo problemas a la hora de control su coche que lo relegó al vigésimo cuarto puesto. El nieto de Mario -ganador en 1969- e hijo de Michael Andretti, luchaba para regresar a los primeros lugares cuando se estrelló a 13 vueltas para el final.
El accidente generó una lucha cerrada en las seis últimas vueltas para llevarse la victoria, y otra angustia para una de las familias más famosas de Indy, que sigue sin tener suerte. Kanaan estaba delante cuando ondeó la bandera verde, pero los dos coches de Ganassi, pilotados por Franchetti y Dixon, volaron por el liderato que consiguieron en parte por el factor suerte que estuvo de su lado y en contra de Sato.
En total, hubo un récord de 35 cambios de líder, seis más que en la edición de 1960, cuando hubo hasta 29 relevos en cabeza. El español Oriol Serviá fue sin discusión la gran revelación de la prueba después de concluir en cuarto lugar tras haberla comenzado en el puesto número 27. Es el mejor resultado de un español en la historia de esta legendaria carrera.
Mientras que la participación latinoamericana también estuvo presente con el protagonismo de los pilotos brasileños como los más destacados. Junto a Kanaan, sus compatriotas Helio Castroneves, que al igual que Franchitti tiene tres triunfos en la prueba, quedó décimo; Rubens Barriichello lo siguió en el undécimo, y la debutante Ana Beatriz, ocupó el vigésimo tercer lugar.
El venezolano Ernesto José Viso ocupó el decimoctavo puesto al estar toda la prueba de los 200 vueltas en la lucha, y otro debutante latinoamericano, el colombiano Sebastián Saavedra, de 21 años, con el equipo Conquest Racing acabó la carrera en el vigésimo sexto puesto.
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