Puede que el abandono del pasado fin de semana en el Gran Premio de Singapur por razón mecánica y su consecuencia, el hecho de que Lewis Hamilton, prácticamente, ha perdido su carrera por el título de la presente temporada, haya acelerado el acercamiento de acontecimientos que estaban por llegar. Pudo significar el golpe de efecto, el cisma, el espaldarazo definitivo, porque a su rebufo salta la noticia. Lo cierto es que el piloto inglés, que llevaba desde los 13 años ligado a McLaren, escudería con la que dio el salto a la Fórmula 1 y con la que un año después se proclamaba campeón del mundo (2008), no renovará con la fábrica de Woking. Tal vez por los múltiples errores procedentes de los garajes, en forma de fallos mecánicos o errores en los pit-stops que le han lastrado en la lucha por la corona, o por un montante que se desconoce, pero Hamilton dejará atrás un etapa para arrancar la próxima temporada al volante de un Mercedes. A sus 27 años, lo hará, al menos, los siguientes tres cursos, según ha establecido su rúbrica. "Es hora de afrontar un nuevo desafío, y sé que puedo llevar las flechas de plata a lo máximo", anticipó Lewis, que compartirá garaje con Nico Rosberg.
El movimiento, la inercia del cambio, ha producido una carambola a tres bandas. Un bombazo en el Gran Circo. Un anticipo de incertidumbre y expectación. El principal afectado es Michael Schumacher, quien, tras tres campañas en la marca alemana, no renovará su contrato. De este modo, el futuro del Kaiser, con quien queda claro que con nombre pero sin resultados no hay cabida, quedará en vilo. "He disfrutado de tres años con el Mercedes F-1, que, lamentablemente, no ha tenido el resultado deportivo que hubiésemos deseado", rezaba el heptacampeón del mundo en su comunicado oficial, a sus 43 holgados inviernos. "Quiero agradecer al equipo la confianza depositada y a los chicos, su trabajo. Ahora voy a concentrarme en las próximas carreras", concluía. Y es que las expectativas han quedado sumergidas, con solo un podio, logrado este curso, desde su retorno a la competición.
La otra cara, además de Hamilton, que también ejerció por voluntad propia, es la de Sergio Checo Pérez. El mexicano, piloto de Sauber este año, lo será de McLaren a partir del próximo. Se trata de "un acuerdo multianual", como anunció la firma inglesa, sin precisar nada más. Los tres podios de Pérez esta campaña, sus primeros en la Fórmula 1 con los 22 años que presenta, no han resultado indiferentes para la decisión, como tampoco lo ha sido el hecho de que el mexicano trae consigo el patrocinio de Telmex, la compañía del magnate Carlos Slim, el considerado hombre más rico del mundo por la revista Forbes. Concretamente esta relación ha infundado calificativos despectivos para Pérez, como el de pay-driver (piloto de pago).
TRAS EL NO DE FERRARI, A MCLAREN De esta manera, Pérez, que había recibido a mediados de este mismo mes la evasiva de Luca Cordero di Montezemolo, presidente de Ferrari, por su "juventud e inexperiencia", deja de esperar, de escuchar cantos de sirena y confirma su futuro ligado a McLaren. "Es demasiado pronto para fichar a Pérez, es demasiado joven para poder soportar la presión de Ferrari", anunció el jefe de la Scuderia. Lo que ha surtido un efecto inmediato. "No le falta nada en términos de velocidad y compromiso", pronunció, por otro lado, el jefe de McLaren, Martin Witmarsh. "Estoy encantado, McLaren es el mejor equipo del mundo, es un gran paso en mi carrera, pero estoy listo para él", confirmó, por su lado, el piloto mexicano, que apeló a la emotiva historia: "Crecí con las grandes historias de los campeonatos mundiales de Ayrton Senna con McLaren. Me siento realmente honrado".
Así, Pérez dejará una plaza vacante en Sauber. Y los rumores ya se han disparado. No en vano, Jaime Alguersuari informó hace días de que pronto haría público el ligamiento de su futuro a la Fórmula 1, después de un año en blanco al quedarse sin asiento para 2012. No obstante, no se pronunció sobre su destino. De modo que ya hay quien sitúa a Alguersuari al volante del monoplaza de Pérez.
Después de esta agitación, tras apagar ayer Cordero di Montezemolo cualquier euforia ajena al proclamar a Fernando Alonso como "el piloto más fuerte que jamás ha tenido Ferrari", la gran incógnita de la parrilla de la Fórmula 1 pasa a ser Felipe Massa, sobre quien, precisamente Cordero di Montezemolo dijo que se tomaría "unos días para reflexionar" sobre la renovación del brasileño, que se subió por última vez al podio en 2010, mientras su compañero de filas lo ha hecho hasta en ocho ocasiones en lo transcurrido de la temporada actual.
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