2013. En mayo, gana por 7ª vez en Argentina. Córdoba tiene el privilegio de su último triunfo en el WRC.
Córdoba quedó nomás como el lugar de la última victoria de Sebastien Loeb en el Campeonato Mundial de Rally (WRC). El piloto más exitoso de la historia de la categoría se despidió el domingo de la disciplina, aunque no de la forma que hubiese querido; a menos de un kilómetro de la largada del primer tramo de la última jornada, con lluvia, no pudo controlar su Citroën sobre el asfalto resbaladizo y terminó poniéndoselo de sombrero. Tras el vuelco, quedó en un barranco con las cuatro ruedas de su coche hacia el cielo plomizo de una Francia triste que lamentó que su héroe se alejara así del WRC.
Pero seguramente y en poco tiempo, el desenlace de su gran campaña de más de una década en el Rally Mundial quedará como una anécdota; y lo que perdurarán serán sus cuatro récords: 9 títulos, 78 victorias, 116 podios y 900 tramos ganados, así como su magnífica destreza para vencer sobre todo tipo de superficie. Del pavimento de su nación a la nieve de Suecia, pasando por la tierra de Finlandia o el mismísimo Rally de Argentina, Loeb se impuso en cualquier circunstancia. 78 veces.
"Una lástima". Loeb, que siempre corrió con Citroën y ganó por primera vez en Alemania 2002, nunca fue de muchas palabras; menos, ante semejante forma de despedirse. Ayer, el nacido en Haguenau –donde estaba previsto el final de la competencia, para un marco de gloria único-, simplemente comentó: “Fue una lástima lo que sucedió. Hubiese preferido completar mi último rally, pero las cosas no salieron como esperaba”. Sobre el accidente, explicó: “Perdí la cola del auto en una curva veloz a la derecha; hice un trompo y terminamos en un barranco”. Con propia responsabilidad y nada de culpas al monegasco Daniel Elena, que junto al francés sumó sus propios nueve títulos mundiales de navegante.
Cómo pudo errarle así Loeb, el hombre que llevó al automovilismo el sentido del equilibrio aprehendido en sus cuatro campeonatos de gimnasia en Alsacia durante el secundario para controlar derrapes, prolongando su propio cuerpo en el auto. No corría en rallyes desde Argentina en mayo; y tenía la presión de ganarle a su sucesor Sebastien Ogier en la carrera en la que ambos eran locales, en el último duelo. Pueden haber sido factores, sí, pero que poco importan: Loeb sigue siendo Loeb.
Lo esperan nuevos retos; desde el año que viene, correrá en el Campeonato Mundial de Autos de Turismo (WTCC), siempre con Citroën. Vendrán nuevas victorias; pero la última del Rally Mundial, especialidad en la que trascendió como nadie hasta hoy, fue en Córdoba. Y a esa distinción que nos regaló el destino, no nos la quita nadie.
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