A partir de este jueves, el mundo del rallismo verá la última aparición de la máxima estrella en la historia de la especialidad, el francés Sebastien Loeb. Después de nueve títulos, todos de forma consecutiva, llegó el momento que por nueve meses el World Rally Championship esperó, el retiro de su figura, quien no dejará el deporte motor, sino que cambiará de los caminos libres de diversas superficies para adentrarse a un nuevo proyecto, el Campeonato Mundial de Autos Turismo (WTCC por sus siglas en inglés).
Durante nueve años, el originario de Alsace controló el Campeonato Mundial de Rallies a su gusto, al grado de que algunos consideran que su dominio llevó a la pérdida de fanáticos ante la monotonía de un podio donde la mayoría de las ocasiones él se encontraba en lo más alto, sin embargo, él mismo nunca consideró haber arrasado.
“Ningún título lo gané con facilidad como algunos pueden pensar. La pelea siempre fue intensa”, señaló Loeb en una entrevista para La Afición a finales del 2012. Sin embargo, a pesar de sus comentarios, solo en 2009 y 2011 fue necesario llegar hasta las últimas fechas del calendario para decidir la contienda por la corona; en los siete años restantes logró e título con tiempo de sobra.
En el mundo del rallismo, Loeb no fue el piloto más carismático de la serie; un rostro duro, siempre secundado por el de su navegante monegasco Daniel Elena eran muestra de ello. Pero los éxitos no se obtienen con sonrisas, sino con trabajo y es lo que siempre realizó a la perfección, esta última palabra, “perfecto”, es la que sus rivales como el noruego Petter Solberg, los finlandeses Jari-Matti Latvala, Mikko Hirvonen o Marcus Gronhol, usaban para definirlo.
Para él, la única clave del éxito radicó en contar con un buen equipo de ingenieros y mecánico detrás. Sebastien Loeb es la muestra de lo que una compañía puede hacer al desarrollar el talento de un piloto y poner toda la tecnología a su servicio. Ya fuera a cargo de Guy Fréquelin o Yves Matton, ambos en su momento jefes de la división deportiva de Citroën, crearon una escuadra alrededor del nueve veces campeón del mundo, una estrategia similar a la realizada por Michael Schumacher en Ferrari dentro de la Fórmula Uno.
Aunque el propio Yves Matton señaló en el 2012 que el retiro de Sebastien Loeb no mermaría al equipo, la realidad del 2013 lo contradice. Citroën apenas ha ganado en tres pruebas (Mónaco, Argentina y Alemania), en dos de ellas gracias al nueve veces campeón del mundo, quien este año solo compite en cuatro etapas del calendario). El finlandés Mikko Hirvonen y el español Dani Sordo no han sido capaces de parar el dominio de Volkswagen y Sebastien Ogier.
Sin embargo, este 6 de octubre, cuando Loeb llegue a la meta en Alsace se acabará una historia que inició el 19 de abril de 1999 en España. Ahí compitió por primera vez en el Campeonato Mundial de Rallies, con una actuación poco ilustre tras ser retiro. La historia de aquel gimnasta que comenzó ahorrando dinero para poder inscribirse en los rallies nacionales terminará en su país, donde también obtuvo su primera corona en 2004.
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