Aún estremece observar las fotografías de la colisión múltiple en Spa. De no estar hecho de una pasta muy especial, Fernando Alonso se despertaría gritando en la noche imaginando como el Lotus de Romain Grosjean le golpeaba la cabeza o acababa seccionando su mano izquierda en la parte superior del volante. 90 centímetros le separaron de una catástrofe que, por desgracia, sí se cebó con otros pilotos. Por eso la FIA trabaja desde hace tiempo en un proyecto para que los monoplazas de F-1 incorporen una carlinga al estilo de los cazabombarderos, una especie de burbuja o cúpula de policarbonato que proteja al piloto de impactos de otros coches o de cualquier pieza.
"Alonso se libró por muy poco. Si yo estuviera en su situación, definitivamente exigiría que se haga algo para que la cabeza de los pilotos quede mejor protegida", escribió Mika Häkkinen --doble campeón del mundo de F1 (98 y 99)-- en su columna de los lunes en el diario finlandés Ilta-Sanomat. "Lo más importante es la seguridad. Es fácil sentirse inmortal, sobre todo si se logran victorias y campeonatos, pero seguro que ese tipo de colisiones despierta la conciencia de cualquier piloto", añadió.
Hace más de 12 meses que el Grupo Técnico de Trabajo de la FIA, en el que participan ingenieros de varias escuderías, empezó a trabajar en conceptos destinados a aumentar la seguridad del piloto en este tipo de situaciones. ñCreo que el objetivo es 2014, ya que empezamos el proyecto hace un año. Personalmente, creo inevitable ya que ahora mismo solventaría la mayor exposición a daños del piloto", explica Paddy Lowe, el ingeniero jefe de diseño de McLaren.
Un proyecto muy largo
Felipe Massa fue brutalmente golpeado por un muelle en el GP de Hungría 2009 y Henry Surtees falleció en Brands Hatch tras recibir el impacto de un neumático en la cabeza en una carrera de la F-2, dos accidentes que iniciaron esta investigación. Una carlinga hubiera protegido a María de Villota en el choque de su Marussia contra la rampa de un camión este verano. El accidente de Alonso, Hamilton y Grosjean, como los recientes de Schumacher contra Sutil, o el de Trulli contra Chandhock, han puesto de manifiesto que el cockpit abierto no es seguro. "Uno lo ve una y otra vez y piensa: 'ha tenido suerte'. Pero un día no tendremos suerte", advierte muy consciente Lowe.
La FIA inició los pruebas de impactos lanzando varias piezas, entre ellas una rueda, a 225 kilómetros por hora contra la carlinga de un caza. ñHemos comprobado su estructura con varios impactos con resultado exitoso. Actualmente se evalúa su visibilidad", dicen en la FIA. Es evidente, que la burbuja protege al piloto de impactos, pero presenta inconvenientes serios más allá de la visibilidad en condiciones de lluvia o reflejos por el sol o pruebas nocturnas. ñTambién podrían haber problemas en la extracción del piloto en caso de incendio", explica Stefano Domenicali, no sin insistir: ñHemos sido afortunados de que no le haya pasado nada".
Su colega en McLaren, Martin Whitmarsh, o Ross Brawn (Mercedes) creen que la evacuación del piloto con este sistema presenta dudas. ñHay que asegurarse de que el dispositivo no mejora una situación y empeora otras", dice Charly Whiting, uno de los jefes de la F-1.
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