Habían pasado 15 años desde el retiro de Juan Manuel Fangio, que en 1957 y con el récord de cinco campeonatos le decía adiós a la Fórmula 1 y tras semejante campaña deportiva, no aparecería de inmediato una figura que siguiera sus pasos.
En 1970, el Automóvil Club Argentino decide conformar un equipo propio en la Fórmula 2 Europea, poniendo en marcha un proyecto que tenía por objetivo proyectar pilotos desde el viejo continente hacia la Formula 1 y devolverle al país la representatividad que había perdido con la salida del “Chueco”.
Esa espera terminaba el 23 de enero de 1972, cuando en el autódromo de Buenos Aires se producía el debut de Carlos Alberto Reutemann, que con 30 años y luego de una sólida campaña en la prestigiosa Fórmula 2, donde obtenía el sub campeonato en el ’71, detrás de sueco Ronnie Peterson, daba el salto a máxima categoría mundial.
El apodo de “Lole”, que lo acompaña desde la niñez, tiene sus orígenes en la cría de ganado porcino, una de las actividades que por entonces desarrollaba la familia Reutemann. El pequeño Carlos, que colaboraba activamente en la cría de animales, repetía sin cesar “Lolechone, lolechone” y así surgía el sobrenombre con que el mundo entero conoció años más tarde.
El debut no podía ser más auspicioso, ya que a bordo de un Brabham-Cosworth BT 34, el argentino largaba en pole ante un autódromo repleto de fanáticos. Más allá del resultado final y la desilusión por la pretendida victoria que no llegó, el séptimo puesto alcanzado era una carta de presentación clave para lo que vendría.
La estadística dice que aquella carrera fue ganada por un tal Jackie Stewart, el escocés que estaba en pleno apogeo. También el historial deportivo de Reutemann señala su participación en una fecha de F1 sin puntos por el campeonato en Buenos Aires, sobre un chasis McLaren, aunque por esa razón no es tenida en cuenta como fecha oficial del debut.
A lo largo de diez temporadas, Carlos Alberto Reutemann corrió para Brabham, Ferrari, Lotus y Williams, participando en 146 carreras, logrando 12 victorias y subiendo al podio en 45 ocasiones. Además, logró dos triunfos sin puntaje (Interlagos 72 y Sudáfrica 81).
En el libro “Los días de Reutemann”, una obra muy recomendable escrita por el recordado Alfredo Parga, uno de los periodistas que cubrió toda su carrera internacional, “Lole” utiliza una frase simple para dimensionar lo que significó para él la F1: “Considerando que en mi infancia hacía varios kilómetros a caballo para ir de mi casa a la escuela, no puedo ser más que un agradecido por haber permanecido 10 años en la Fórmula 1”.
Aquella publicación revela además detalles no muy conocidos sobre la etapa post retiro de las pistas, producido tras el GP de Brasil de 1982. Pocos meses después, el 8 de mayo de aquella temporada, el accidente fatal de Gilles Villeneuve en el GP de Belgica en Zolder motivaba un llamado por parte de Mauro Forguieri, líder del equipo de Maranello, ofreciendo a Reutemann retornar a la F1 en el equipo que lo cobijó en 1977 y 1978. La respuesta fue: "No gracias, la F1 se terminó para mí”.
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