La última versión de la superdeportiva japonesa está más preparada que nunca para dominar los circuitos porque es más ligera y rápida que nunca
La última versión de la GSX-R 1000 comenzó a rodar el pasado día 1 de febrero en el Circuito de Monteblanco con motivo de su presentación europea, donde periodistas alemanes, holandeses, italianos y españoles tuvieron oportunidad de ponerse a los mandos de este nuevo modelo y comprobar el imparable progreso de este modelo, que mejora la respuesta al acelerador, la potencia y la aceleración a medio régimen y todo ello reduciendo el consumo.
Desde su lanzamiento hace doce años, la Suzuki GSX-R1000 ha sido todo un referente en los modelos deportivos, merced a sus nueve títulos en el mundial de resistencia, seis títulos en las 24 horas de Le Mans, nueve victorias en el Bol d´Or, y su triunfo en el campeonato del mundo de Superbike a lo que hay que sumar un total de 37 títulos nacionales alrededor del mundo. Todos estos logros vienen a refrendar la fiabilidad, resistencia y potencial deportivo de la Suzuki GSX-R 1000.
Más ágil y potente
Los ingenieros de Suzuki han trabajado intensamente para mejorar en los apartados básicos que definen una superbike: la aceleración, el giro y la frenada. Para ello se marcaron tres objetivos: reducir el peso, mejorar la aceleración aumentando la potencia en bajos y medios y mejorar la capacidad de frenada.
La reducción de peso se ha conseguido aligerando el sistema de escape y del motor, trabajando directamente con la tecnología procedente del mundial de MotoGP para reducir el peso de los pistones en un 11%; también se han reducido el peso de otras partes móviles del motor, como las tapetas de las válvulas. Al mismo tiempo se han modificado los arboles de levas y el diseño del cárter.
La GSX-R 1000 de 2012 ofrece unos nuevos mapas de motor para la gestión de la inyección electrónica de última generación, que permiten mejorar la aceleración aumentando la potencia y la parte baja y media del cuentarrevoluciones sin perder ni un solo caballo de potencia en la parte superior. Además todas estas mejoras han contribuido a rebajar el consumo en un 8% con respecto al modelo anterior.
La reducción de peso en el escape y en el motor ha permitido a los ingenieros un mejor reparto de pesos, optimizando el centro de gravedad. Este cambio ha supuesto una mejora en la manejabilidad y en la estabilidad tanto en aceleración como en la frenada, apartado este último, que ha recibido notables mejoras, con la incorporación de unas pinzas Brembo de última generación así como unos nuevos discos de freno más ligeros.
La suspensión viene equipada de serie con una horquilla delantera ‘Showa BPF’ multirregulable con nuevos tarados, adaptados al nuevo peso de la moto para mejorar su comportamiento. Por contra, se mantiene el amortiguador trasero Showa, con posibilidad de regulación en tres vías, compresión de alta y baja velocidad, así como también con extensión y precarga del muelle. Todo ello para facilitar a cada usuario una perfecta puesta a punto en cada situación.
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