ROSSI, PONCE Y MORIATIS, EN UNA DE LAS ULTIMAS ACCIONES DE LA CARRERA.
“Sí, entendí que lo que me dijo Oscar (Aventín) el sábado, fue un mensaje hacia mí (el Puma señaló estar “preocupado” por el andar de la Chevy de Matías); pero bueno está bien, tiene derecho a decir lo que piensa; lo tomé bien; yo soy de hablar siempre lo que pienso; y cuando hablé que los Chevrolet estaban en desventaja a principios de año, era mi forma de ver las cosas; no soy de guardarme mis opiniones y eso quizá genere comentarios. Cuando pensé que los Chevrolet no estaban en condiciones de ganar lo dije”. Le costó menos que en Termas de Río Hondo, explicar a Matías Rossi como con un Chevrolet, ganó por 2º vez en el año. “El comisario técnico opinó que la marca estaba en condiciones de ganar y creo que tenía razón, yo estaba equivocado. Sí, los Chevrolet están en condiciones de ganar en TC”, admitió sin ponerse colorado el Granadero. Matías ganó de punta a punta, sin obstáculos; sin embargo, Ponce opinó que de no haber llegado retrasado en la serie, habría largado mas adelante la final y “le podía ganar a Matías, o al menos intentarlo”. “Mmmm, no sé; no creo, mi auto iba como ninguno en el Curvón Salotto y ahí les hacía diferencias; por eso no sé si Gabriel me podría haber pasado, para mí no”, replicó el de Del Viso. “Eso sí, lo perjudiqué a Emanuel porque mi auto perdía algo de aceite o nafta, no sé; eso le complicó la visión. Pero bueno, si me llegaban a parar por eso me mataba!!!”. Se siente en su “mejor momento de nuevo”, el año pasado “al correr en 3 categorías (TC, TC 2000, Top Race), pienso que me perjudicó. Ahora estoy más encima de los equipos, en Renault pude irme de Chaco puntero del campeonato sino tenía una falla, y acá con el Dole Racing de los hermanos Jakos venimos haciendo las cosas muy bien; los motores de Laboritto funcionan y en el chasis Richard (Ricardo Gliemmo, chasista y amigo al que le pidió que dejara el JC Competición) hace un trabajo bárbaro”. No se olvidó de mencionar a su principal patrocinante Mariana Vassalli, con ella y otros amigos sufrieron la derrota argentina el sábado. Pero sabían que podían superar rápido la amargura con un triunfo, contundente si los hubo, como el logrado.
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