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sábado, 14 de septiembre de 2013

NASCAR Chase 2013: Más allá de la pista La carrera de Richmond tiene un legado muy ardiente. Y esto va para largo.

La historia respecto a las modificaciones de cara al Chase de la NASCAR sólo ha podido terminar de una forma. El espíritu de la propia categoría era algo por lo que se podía estar orgulloso. Modales a la vieja usanza, pícaros equipos, agresivos pilotos y una meta: llegar al Victory Lane sin importar los medios. Pinta muy garrulo, lo sé. Una competición donde la ley no afecta casi nunca a los pilotos, en la que las peleas estaban bien vistas si parte de la compañía estaba involucrada - véase el caso de Max Papis y la novia de Mike Skeen como excepción-; implica que los aficionados esperen esa competitividad en pista. En América se buscaba que los pilotos adquirieran el respeto en pista ellos mismos, sin necesidad de intervención por parte del órgano sancionador de la NASCAR. Y ahora, todo queda en recuerdos. 

¿Por qué tanto alboroto?

Todo tiene un inicio. Si la Primera Guerra Mundial empezó en Sarajevo con un atentado, pues en la NASCAR algo parecido ha ocurrido. La joya de la corona, el Chase, es algo que los pilotos desean alcanzar por encima de todo. Y esta afirmación significa una cosa en NASCAR: los pilotos llegarán hasta puntos extremistas con tal de llegar. Bueno, y no sólo ellos. En Richmond las órdenes de equipo volaban en cada vuelta: repostajes inventados, trompos provocados y ralentizar el ritmo de forma descarada. Siendo la NASCAR, no se ve problema a primera vista, ¿no? Pues realmente existe. Ryan Newman se quedó a las puertas de entrar al Chase debido al trompo de Clint Bowyer, quien ya estaba clasificado para el mismo. Todo esto ayudaba a Martin Truex Jr., compañero de Bowyer y uno de los beneficiados por la victoria de Carl Edwards, alcanzando por puntos la duodécima y última plaza de acceso al Chase. Si, como invitado, pero entraba. Muchos pilotos saltaron entonces con que el trompo del Toyota Camry de Bowyer fue provocado y, tras la investigación llevada a cabo por NASCAR, se concluyó que fue un trompo intencionado, buscando modificar el resultado de la carrera. A partir de aquí, la locura. Se sanciona a todo el equipo de Michael Walltrip de forma severa, haciendo perder el puesto de Chase a Truex Jr. y provocando la entrada de Newman en el mismo. Parecía que todo se calmaba. Qué ilusos somos a veces...A lo largo de la semana, los doce integrantes del Chase eran: Jimmie Johnson, Matt Kenseth, Carl Edwards, Kevin Harvick, Kasey Kahne, Dale Earnhardt Jr, Kyle Busch, Kurt Busch, Joey Logano, Ryan Newman y Greg Biffle. Doce, como los apóstoles, en busca del Santo Grial llamado Copa Sprint. Curiosamente, se daba un dato que en los diez anteriores años de Chase sólo ha ocurrido una vez: Brad Keselowski, campeón 2012, se queda fuera de la lucha. El año del de Penske ha sido muy irregular, agravado por la falta de crew chief en ciertas carreras y una tendencia a encontrarse en medio de líos que ni él buscaba. Keselowski, a parte del bajón a nivel de resultados, también ha sido muy critico frente a varios sectores. Atacó a la estructura de Hendrick Motorsport, acusándoles de ladrones. Podría decirse que subió a lo más alto muy rápido. O quizá sólo sea un bache temporal. 2014 dirá. Volviendo al Chase, hay gente que diría que lo tenían todo preparado desde la sanción a Michael Walltrip Racing. Viernes 13 de Septiembre. Año 2013. Sólo podía significar una cosa: un décimotercer piloto en la lucha por el título. Y Brian France -director ejecutivo de NASCAR- declaraba, junto a Mike Helton - presidente de NASCAR-, que Jeff Gordon sería el elegido para llenar ese hueco. La carga estaba colocada.El motivo de esa decisión vino dado por una prueba clara de órdenes entre equipos. Front Row Motorsport, equipo con Ford, advirtió a su piloto, David Gililland, de reducir la marcha en Richmond. De esta forma permitía a Joey Logano pasarle en pista y poder clasificarle para el Chase. Logano es piloto de Penske, el equipo más potente de Ford junto a Roush Fenway. Podéis haceros a la idea del trato detrás de las cámaras.

No hay dos sin tres

Tras el anuncio, los aficionados se dividían en dos, pero es que la bomba sólo había sido soltada. El detonador no había ni explotado. Hasta que hace dos horas volvieron a la sala de prensa France y Helton, para apretar el botón. La bomba informativa es de profundo alcance, pues los orígenes NASCAR se ven dañados con el cambio de normativa anunciado. El artículo 12-4(1) del reglamento ha sido modificado y queda de la siguiente forma: -La NASCAR pide a sus competidores que vayan siempre al 100% en todas las carreras, con la intención de acabar lo más arriba posible en la clasificación a final de la misma. Cualquier competidor, sea equipo o piloto que altere artificialmente su posición en algún evento o coaccione/convenza de alterar dicha posición, será penalizado por NASCAR. Las penalizaciones pueden variar desde descalificaciones y pérdidas de puntos, hasta multas económicas acompañadas de pérdida de puntos o incluso de suspensión cautelar del piloto/crew-chief/spotter. También se verán aplicadas medidas en los beneficiarios de la alteración. Aclarando este artículo, hay una nota que declara lo siguiente: "Por alteración se entiende cualquier acción que demuestre claramente que el competidor en cuestión no corre al 100% con intención de alterar/cambiar de posición de forma premeditada." Esto abre la veda a distintas interpretaciones y motivos reales, y el juego adquiere una nueva variante. Más allá de lo que supone esta limitación, se sobreentiende que los hasta ahora incidentes a final de carrera serán también investigados con lupa. Las peleas en pista parece que no se producirán con tanta facilidad. Eso mata el espíritu gamberro de las carreras NASCAR, estandarte que las diferenciaba de las carreras europeas. Una pena, teniendo en cuenta el pasado de la categoría. La ilegalidad siempre ha venido de la mano de este tipo de carreras. Desde su comienzo siendo carreras entre traficantes de alcohol durante la Ley Seca, los pilotos han sido astutos, agresivos y muy orgullosos. El respeto se ganaba en pista, y ahora los despachos tienen mucho a decir al respecto. Moribunda, la NASCAR Sprint Cup Series afronta en 2013 un cambio generacional a todos los niveles. ¿Veremos peleas a manotazos otra vez? Mejor esperar, ya que ahora lo que nos interesa es el Chase. Un Chase encantado con tintes a un viaje extrasensorial, más allá de la pista.Santi Torres - @SantiTorresSM  

Via motoryracing.com

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