Finalizaron las pruebas en el callejero de Buenos Aires y quien maneja un Toyota Corolla alcanzó una velocidad máxima de casi 240 kilómetros por hora. En un rato, la clasificación.
El centro de la Ciudad de Buenos Aires vive un clima especial. El silencio de la 9 de Julio cortada se transformó en el rugido de los motores V8 de los autos del Súper TC2000, que a las 13 le dieron arranque a los entrenamientos de la categoría en el callejero de Buenos Aires, en pleno corazón de la Ciudad. El piloto más veloz de las pruebas de hoy, hasta el momento, fue quien maneja un Toyota Corolla, Matías Rossi, que alcanzó una velocidad máxima de casi 240 kilómetros por hora.
"En un circuito callejero hay que cuidar mucho el auto, ya que el más mínimo error tiene serias consecuencias", declaró a TN José María Pechito López, que se mostró gratamente sorprendido por la cantidad de gente que se acercó a las inmediaciones de la 9 de Julio a disfrutar de los autos del Súper TC 2000.
Con un gran marco de público en una agradable tarde de otoño porteña, los pilotos giraron en el circuito que se terminó de armar esta mañana, un poco más tarde de lo previsto porque el corte de calle total se dio recién a las 0 horas, cuando se esperaba que desde las 21 del viernes los organizadores pudieran trabajar en el armado. Luego de conocer la pista se hará la clasificación.
"Será importante hacer la pole porque no creo que haya muchos sobrepasos", destacó el campeón Matías Rossi, ganador también hace tres semanas con su Toyota de la carrera inicial de la categoría disputada en el Oscar Cabalén. "Habrá que tener especial cuidado con los frenos porque hay tres lugares donde se frena muy fuerte", advirtió Rossi, quien reconoció que "sería un sueño ganar acá".
Facundo Ardusso coincidió con su colega en la importancia de las pruebas de clasificación. "Habrá que jugarse y dar el 100 por ciento pero también cuidarse porque los paredones nos están esperando con las manos abiertas", señaló con un toque de humor el piloto de Peugeot, uno de los equipos que esperan con mejores expectativas la carrera. "En un circuito normal hay una diferencia de dos segundos entre el tiempo del primer entrenamiento y el de la clasificación mientras que en un callejero esa diferencia puede llegar hasta los cinco segundos porque poco a poco le vas tomando confianza", agregó Ardusso, que estimó en 1m10s el tiempo de la vuelta para transitar los 3.080 metros del circuito.
"Hubiese sido necesario tener una tanda más de entrenamientos y girar el viernes", fue el particular comentario de Néstor Girolami, coequiper de Ardusso. También puntualizó que no espera tener problemas con las marcas en el piso "salvo que llueva". A propósito, hay pronóstico de buen tiempo.
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