La alicantina Carmen Jordà, que también se gana la vida como modelo, se estrenó ayer en las GP3 Series, uno de los dos campeonatos que, junto a las GP2 Series, va paralelo al de la F1 en las ocho pruebas europeas, y en el que tendrá como rivales a otras dos mujeres debutantes, la británica Alice Powell y la italiana Vicky Piria.
Al volante de un monoplaza del equipo portugués Ocean, cuyo propietario es el ex piloto de F1 Tiago Monteiro, Jordà, de 23 años, hizo el 23º tiempo de 26 participantes en los entrenamientos libres con 1'41"554, muy cerca de Piria (22ª, 1'41"532) y a medio segundo de Powell (20ª, 1'41"003) y acabó contenta y cerca de su objetivo: acabar entre los 15 primeros, "que son los que llevan tres años en GP3 y están en el mismo segundo".
"Estoy contenta porque, pese a que no pude dar muchas vueltas porque pinché una rueda, he ganado a mi compañero de equipo Robert Cregan, que siempre había estado por delante, y estoy a un segundo del otro, Kevin Ceccon, que el año pasado ganó el Campeonato de Auto GP", dijo la alicantina, quien en 2011 corrió en el Lamborghini Super Trofeo, y antes en la Indy Lights en Estados Unidos, en la clase LMP2 de las Le Mans Series y en los campeonatos español y europeo de Fórmula 3.
"Participar en un campeonato paralelo a la F1 es muy importante y quién sabe si algún día puedo llegar a ella, que es mi gran sueño", dice Jordá, quien asegura que "la gente no se imagina lo duro que es ser piloto para una mujer. Este es un mundo pensado por y para hombres y nos es muy difícil abrirnos camino compitiendo contra ellos. Aquí no hay categorías exclusivas para mujeres y por esto es tan difícil llegar".
En la sangre
Pero Carmen lo tiene claro. "Aunque cada vez hay más mujeres piloto, aún hay pocas porque esto es un deporte de riesgo, pero yo lo llevo en la sangre porque mi padre también era piloto y corro desde los 12 años. Así que las que nos subimos a un coche de carreras tenemos mucho mérito"
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