¿Se imaginan que dentro de pocos años uno de los equipos más laureados de la historia de la Fórmula 1 es Coca-Cola, por ejemplo? Nadie podía imaginarse en 2005, cuando Red Bull corrió su primer gran premio el 6 de marzo, que unas temporadas más tarde arrebataría victorias, podios y récords a los equipos más poderosos. A base de talonario, fichajes acertados, una filosofía eficaz y con la bandera austriaca siempre presente, se ha situado ya como la quinta escudería con más primeros puestos en los 64 campeonatos de F1. En Bahrein sumó 36, pasando aRenault, aunque todavía lejos del siguiente en la lista, Lotus con 81.
"Este tipo de operaciones, además de su importancia estratégica, me dan una gran satisfacción personal". Dietrich Mateschitz, ocho años después de estas declaraciones, no debe caber en sí en el caso de que su "satisfacción personal" haya crecido al compás de su equipo. Tres Mundiales de Constructores, otros tantos de Pilotos y un porcentaje de victorias de un 24%, tercero en la ‘clasificación’ histórica sólo por detrás de Ferrari (25,7%) y McLaren (25%).
Este ascenso meteórico está basado en varios factores, entre ellos la simplicidad en la comunicación entre Adrian Newey, Christian Horner y Helmut Marko. Como en cualquier aspecto dentro de la Fórmula 1, la velocidad es fundamental y fuera de la pista no es una excepción. Un feedback rápido y sencillo para tomar decisiones en el menor tiempo posible. Así de vertiginosa vino la primera y acertada decisión mediática, cuando Newey -después de triunfar en Williams y McLaren- dijo que se retiraba de la Fórmula 1 para diseñar barcos, cuya aerodinámica es más pura, y un talonario con seis ceros le hicieron cambiar de opinión desde la campaña de 2006. La filosofía de esta casa por hacer las inversiones que sean necesarias si se consideran oportunas.
Newey aterrizaba en el equipo que pretendía levantar las ‘cenizas’ de Jaguar y que fue séptimo (cuarto por la cola) en su debut. En 2007, primera temporada en la que el monoplaza de Red Bull incorporaba ‘ideas’ de Newey, ascendió al quinto lugar.
Un 'niño', Horner, a los mandos
Horner fue el principal culpable de este fichaje, que tan buenos resultados ha dado con sus diferentes conceptos aerodinámicos a través del difusor. Christian se convirtió en 2005 en el jefe de equipo más joven de la parrilla con tan sólo 31 años. A su lado estaban 'los' Briatore, Todt, Dennis, Williams… no se dejó impresionar pese a que en su curriculum sólo tenía seis años de experiencia como jefe de un equipo de F3. Al año siguiente de su estreno en el Gran Circo, en Mónaco 2006, celebró su primer podio con una capa de Superman y un salto a una piscina.
Horner había sido piloto llegando a F3000 en el equipo Arden, hasta que al finalizar la temporada de 1997 decidió bajarse del monoplaza para gestionar el equipo. Tres años después ganaría el título de la Euro F3000 y Helmut Marko, rival en esas categorías, quedó impresionado con la gestión del ‘chaval’ y su jornada laboral de 25 horas al día. Cuando fraguó el proyecto del Red Bull F1 Team se confió en él, sin importar su edad. Actualmente, Webber, Horner y el padre de éste forman parte de Arden Motorsport, presentes en GP2 y GP3.
Austriacos para el campamento base, ingleses para tocar cima
Marko, expiloto que llegó a ser oficial de Ferrari en 1972, tuvo el honor de ser el primer propietario de monoplazas que logró un contrato de Mateschitz. Austriacos los dos, como Gerhard Berger, primer piloto de Fórmula 1 en llevar este patrocinio ‘energético’. Mateschitz confió en compatriotas para alcanzar el ‘campamento base’ en la parrilla de F1, pero para llegar a la cima se rodeó de ingleses, entre ellos los mencionados Newey y Horner… y un alemán.
Sebastian Vettel ha personificado el triunfo de Red Bull en F1. Juventud y descaro para romper moldes, récords y mitos. En el GP de China de 2009 llegó la primera victoria de Red Bull de su mano y el primer doblete con Webber en segundo lugar. Vettel está tan sólo a tres victorias de igualar el número de triunfos de Fernando Alonso.
Esta es la novena campaña de Red Bull y sus números, simplemente, son espectaculares: 36 victorias, 48 pole positions, 31 vueltas rápidas, 84 pódiums, 13 dobletes, 2358 vueltas en cabeza y 11994 kilómetros en cabeza dentro de las 15606 vueltas recorridas en un total de 78714 kilómetros. Con el actual equipo de personas, seguirán creciendo. La duda está en si mantendrá el mismo interés por la F1 que tienen Ferrari, McLaren, Williams y Lotus, los otros equipos que se han subido más veces a lo alto de un cajón porque, como dijo un día Lewis Hamilton, "Red Bull fabrica latas", no coches.
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