Valentino Rossi estuvo este martes en Charlotte, la cuna de la NASCAR, donde tuvo ocasión de pilotar un stock car en el gran óvalo donde se disputa la carrera más larga del campeonato: la Coca Cola 600.
Rossi realizó un evento publicitario para Monster y pilotó uno de los coches que habitualmente lleva Kyle Busch, una de las estrellas del campeonato y que corre con equipo propio, Kyle Busch Motorsports, un Toyota Camry.
Rossi cumplió así uno de sus sueños. "Sólo me faltaba subirme a un coche de la NASCAR y uno de los 24 Horas de Le Mans. Lo más sorpredente de este coche es su adherencia gracias al peralte. La mente te dice que es imposible hacer la curva con tanta velocidad, pero el cuerpo y las sensaciones son las de ir pegano a la pista", dijo.
Kyle Busch dijo que Rossi dio su mejor vuelta a 185 millas (296,5 km/h), "cuando en calificación el pasado año nosotros hacíamos 187 mph. Sorprendente para quien conduce por vez primera uno de estos coches". Y Joe Gibbs, uno de los míticos managers de la categoría, dijo que "habría que considerar ofrecerle un contrato".
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