“El Departamento Técnico de la ACTC informa que luego de una exhaustiva revisión técnica sobre los múltiples de admisión y carburadores de los motores de los pilotos Juan Bautista De Benedictis, Mauro Giallombardo y Mariano Werner, queda confirmada la clasificación en pista de la carrera llevada a cabo el 14 de abril en el Autódromo Ciudad de Gral. San Martín de Mendoza”, reflejó el escueto comunicado oficial que emitieron desde la entidad.
La sorpresiva revisión, que dejó en suspenso la clasificación de la cuarta fecha del año del TC, provocó un cimbronazo y despertó todo tipo de ironías en las redes sociales puesto que el escribano Hugo Cuervo, dueño del LSG, había sido “suspendido de por vida” hace dos años luego de que se detectaran, en varias oportunidades, anomalías en sus vehículos.
“Me parece bien que sea por el bien de la transparencia de la categoría. En la medida que las cosas se hagan con la prolijidad que el caso merece, me parece que es para el bien de todos”, expresó Hugo Cuervo antes de conocer el resultado final. En esta oportunidad los autos del escribano Cuervo estaban en regla, pero por los antecedentes nadie se pudo sorprender porque desde la ACTC hayan dudado. Además, hubiera sido raro que los impulsores presentaran anomalías ya que el equipo cuenta con tres motoristas distintos: Juan Antonio De Benedictis (preparador de su hijo), Johnny Laboritto (de Giallombardo) y Marcelo Esteban (de Werner).
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