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martes, 3 de abril de 2012
Eternamente Fangio En su inauguración, el museo itinerante del cinco veces campeón mundial de Fórmula 1 fue todo un éxito. Los vehículos del Chueco permanecerán hasta este sábado en el auditorio Ángel Bustelo.
Las calles Dardo Rocha y Mitre son las más conocidas de Balcarce. En esa esquina cobra vida la historia de Juan Manuel Fangio y el automovilismo nacional. El museo del quíntuple campeón de Fórmula 1, que comenzó a tomar forma en 1979 para ser fue fundado siete años después, reúne a miles de personas por año. Amantes de las cuatro ruedas, turistas, periodistas, admiradores del Chueco y curiosos se acercan a la ciudad bonaerense para guardar en sus retinas las épocas de gloria de quien supo lucirse con las principales escuderías sobre los diferentes escenarios internacionales.
Una pequeña parte de ese enorme edificio, que tiene una amplia planta baja, ocho bandejas y cuatro niveles llenos de vehículos, trofeos y elementos relacionados con la leyenda llamada Fangio, se ha trasladado a Mendoza. Desde ayer, el auditorio Ángel Bustelo es el lugar propicio para que los “tuercas” de aquella época vuelvan a disfrutar del pasado y que los que no tuvieron el honor de ver en acción al Quíntuple conozcan algunos de los autos de su rica campaña deportiva.
Aparte, el museo itinerante ha llegado en un momento justo. Sirve como aperitivo del tercer capítulo de Turismo Carretera que se desarrollará este fin de semana en el circuito Jorge Ángel Pena del autódromo Ciudad de San Martín, lugar que Fangio visitó cuando competía por las rutas nacionales junto al TC, antes de desparramar su experiencia en el Viejo Continente.
El Toro, la primera impresión
Apenas uno ingresa al salón se encuentra con el único Torino de la Misión Argentina (dirigida deportiva y técnicamente por Fangio) que terminó las 84 Horas de Nürburgring. El vehículo blanco, luciendo el número 3 en sus puertas y con la bandera nacional pintada al medio, llegó cuarto en la carrera internacional de 1969 y triunfó en su divisional siendo tripulado por Eduardo Copello, Oscar Franco y “Larry”.
Para hacer un cuadro
Algunas de las competencias del piloto que nació el 24 de junio de 1911 se reflejan a través de impactantes cuadros pintados por José María Villafuerte. La gente también queda admirada con afiches de Grandes Premios de Fórmula 1: sobre la pared están los de Europa de 1951, el del GP de Suiza de 1954, el de 1953 en Bordeaux, el de Monza de 1956 y el de Mónaco, disputado en 1957.
Entre los Chevrolet y el Ford
La cupé de color verde es una de las más fotografiadas, sobre todo por los seguidores de Chevrolet. Es el auto con el que Fangio se consagró en 1940. Llegó a sus manos mediante una rifa realizada por amigos, ya que había vendido la cupé de 1939.
Así, el Chueco afrontó el Gran Premio del Norte que finalmente quedó en su poder no sin antes pasar por incontables problemas (radiador roto, temperatura en el motor, 20 cubiertas pinchadas, golpe a una roca, cambio de diferencial y más problemas de neumáticos). Ese triunfo, el primero dentro de la categoría más antigua del planeta, lo ratificó como monarca de TC. Después, sería campeón nuevamente.
“Fangio fue el más grande y era de Chevrolet”, tiró uno de los visitadores. Pero su amigo le retrucó: “Nada que ver. Vení a ver este auto y hablamos; empezó con Ford”. Y efectivamente así lo fue. Debutó oficialmente el 27 de marzo de 1938, en Necochea. Para sorpresa de muchos, Fangio lo hizo al comando de un chasis Ford de 1934 con motor V8 (también Ford, pero de 1938). El auto, rojo y con un gigante número 23 en ambos lados, pertenecía a José Cordonnier. Está en Mendoza.
A pocos metros está la cupé negra, con la que compitió en el suspendido Gran Premio Argentino que el Automóvil Club había programado con un recorrido de 7.193 kilómetros por rutas de 14 provincias en 1949. En la puerta izquierda, ya que el volante estaba a la derecha, figura el nombre de Héctor Tieri como acompañante. “Mirá el tanque de combustible; es gigante. La verdad, había que ser muy valiente para manejar estos autos”, dice una mujer mientras toma fotos a sus hijos, afirmados sobre una de las angostas cubiertas del auto.
La Ferrari azul y amarilla
El Cavallino Rampante también tiene su lugar en el museo. Si bien no luce el característico rojo, la Ferrari 125/166 azul y amarilla con el número 16 está en exposición para los fanáticos de la marca italiana. Con esa unidad, Fangio disputó 18 competencias en Europa de las cuales ganó nueve en 1949. “¡Qué lástima que tiene los colores de Boca!”, dice un hombre mientras camina con su nieto, que luce una gorra de Ford y la camiseta de River.
La indumentaria y los trofeos
El pasado también se mezcla con el presente. Vitrinas con los cascos que el español Fernando Alonso, el inglés Lewis Hamilton y el alemán Michael Schumacher utilizaron en las últimas temporadas tienen su espacio junto a cascos, pantalones, guantes, antiparras, gorras y mamelucos que el Chueco transpiró a alta velocidad. Se destacan las plaquetas que recibió tras sus dos títulos de TC y bellos trofeos conseguidos en España, Italia, Francia y Argentina. “Con la cantidad de trofeos que tiene que haber ganado, cómo no va a hacer un museo”, se escucha en un grupo de personas.
Vehículos con estilo europeo
Una Maserati 450S, del Mundial de Marcas Sport de 1957, llama la atención de todos por su avanzada aerodinamia, teniendo en cuenta el año en el que se construyó. Lo mismo pasa con el Simca-Gordini, un monoposto de pequeña cilindrada.
En una semana especial para el automovilismo, Fangio deja su sello. Vale la pena acercarse al Bustelo. Textos: Diego Rafael Espósito - Fotos: Marcelo Ruiz
via http://www.losandes.com.ar
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