La historia de vida de Adrián Hang es una de esas que bien podría hacerse película, pasando de la tragedia a la resurrección deportiva.
"Decepción: El grave accidente en Monza, durante la carrera de Superfórmula, terminó con la campaña automovilística de Adrián Hang", aseguraba el diario Clarín. El 14 de abril de 1996 sufrió un gravísimo accidente en la catedral italiana del automovilismo, en lo que era su ascendente carrera deportiva monopostista.
El lamentable hecho le costó la pérdida de sus pies ya que su auto se partió literalmente, lastimando seriamente al piloto de Franck. Más detalles de lo que le ocurrió no valen la pena enumerar, porque la historia él la cambiaría. La muerte estuvo muy cerca, tal como la había padecido el motociclista Marco Burnelli exactamente una semana antes de este episodio.
Pero Clarín así como la mayoría del pesimista ambiente motor, estaba totalmente equivocado. Adrián se recuperó y tras muchas operaciones e implantes de prótesis, volvió a la actividad. Fue el 29 de marzo de 1997 en la Fórmula Gol Santafesina, disputando una fecha en el autódromo de Rosario. A pesar de su situación, hizo la pole position y estuvo a punto de ganar la final, pero erró un cambio a dos curvas de ver la cuadriculada y fue superado, terminando como escolta.
"Siempre dije que iba a correr si me sentía capacitado para ganar y si contaba con un auto para triunfar. Y si hoy estoy acá es porque cuento con ello. Las victorias son circunstancias. Yo estoy para pelear el campeonato. Si no fuera así, no estaría acá", declaró a La Nación en su momento. Sus padres Celso y Amanda vieron a su hijo renacer deportivamente, y volvió con todo. Cumplió y fue campeón. Y dos años después, se consagró como monarca de la Clase 2 del Turismo Nacional con un Volkswagen Gol.
Hasta ese momento, había conseguido seis títulos en Karting, compitiendo a nivel santafesino, entrerriano, argentino, metropolitano (Buenos Aires), español, sudamericano y mundial. En autos, ya había competido a nivel nacional en Fórmula 2 Nacional, Turismo Nacional Clase 2. A nivel internacional, en Fórmula 3 Sudamericana, Fórmula Opel Europea, Fórmula 2000 Italiana, y Súper Fórmula Italiana. Su regreso con el Gol era sólo el seguimiento de una trayectoria única.
Luego del accidente, compitió en Argentina en la mencionada Fórmula Gol Santafesina, en la Clase 2 del TN donde fue campeón en 1999, al año siguiente fue a la Clase 3 de TN, en 2005 hizo Top Race V6 por un año y volvió al TN C3 hasta 2009. Últimamente, se lo vio en Top Race Junior (luego TR Series) hasta la temporada 2011.
Pero en 2003 ocurrió un hecho muy especial y merece ser apartado, porque la empresa RTM, que le hizo las prótesis, lo llamó a competir en Turismo Italiano Clase N4, y con un Rover 200 se consagró campeón. "Yo sabía que podía ser un desquite ir a Italia a volver a correr. Pero al margen de poder salir campeón o no, yo quería competir nuevamente en Monza, el lugar donde perdí los pies y pasé los peores momentos de mi vida", respondió en una entrevista al prestigioso colega Roberto Berasategui de La Nación, luego del título. Y continuó con su impactante relato: "No fui allí con espíritu de venganza. Tampoco tuve rencor. Pero quería ganar ahí. Por suerte se me dio. En las últimas dos vueltas se me nublaba la vista porque pensaba todo lo que pasó desde ese 14 de abril de 1996 al triunfo que conseguía".
En automovilismo, sus dos títulos fueron el de Turismo Nacional Clase 2 en 1999 y el de Turismo Italiano Clase N4 de 2003. Su última victoria fue en Las Termas de Río Hondo en 2010, en Top Race Series.
"Con esto no quiero ser ejemplo de nadie. Sólo demuestro que cuando uno quiere cumplir un objetivo, puede lograrlo. A mí me llegaron muchas cartas de gente con problemas parecidos al que yo tuve. En mí veían la fuerza de voluntad que en ellos carecía. Eso me hizo pensar mucho. Y ya lo ven. Acá estoy". (Adrián Hang, luego de la carrera en Rosario, donde fue segundo en Fórmula Gol Santafesina).
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